Mucho se habla de la importancia de mejorar el aislamiento térmico de los edificios pero, ¿en qué consiste exactamente? Un buen aislamiento térmico en un edificio impide que pase el calor en ambos sentidos (del interior al exterior y viceversa). De ese modo se evita que en invierno se escape el calor al exterior y que en verano entre calor en la vivienda.
¿Qué partes del edificio deben aislarse?
Los aislantes térmicos deben colocarse en techos, tabiques y muros. Los materiales aislantes pueden ser de distintos tipos:
– Vegetales: corcho, fibra de madera, etc.
-Sintéticos: espuma de poliuretano, poliestireno, espumas fenólicas, etc.
Pueden instalarse en la cara interna o externa, o incluso en el interior, si existiera cámara de aire y se pudieran inyectar en ésta. Para optar por la mejor opción, lo mejor es contactar con un experto en eficiencia energética que aconseje la mejor solución de aislamiento térmico en función de las características de cada edificio.
¿Qué otros elementos deben cuidarse?
Además, no debe pasarse por alto la importancia que tienen elementos como ventanas, puertas o cajas de persianas, que deben arreglarse o, incluso,sustituirse si dejan pasar el aire.
Por ello se aconseja instalar ventanas con doble cristal o una doble ventana con rotura de puente térmico. En el caso de las persianas, los cajetines deben aislarse correctamente y evitar los modelos con rendijas.
La silicona y los burletes son grandes aliados a la hora de tapar las rendijas de puertas y ventanas. Y, si se dispone de chimenea, una buena solución es cerrar el tiro cuando no se use.
¿Requiere una gran inversión?
Aunque durante la renovación de un edificio mejorar el aislamiento térmico es una obra de gran envergadura y coste elevado, sus resultados son muy eficaces y de larga duración.
La inversión realizada se amortiza con el tiempo, ya que puede llegar a suponer un ahorro energético en calefacción de hasta un 50%.
¿Es obligatorio?
Según se explica en la Guía Práctica de Rehabilitación de Edificios, por ley, desde el mes de octubre de 2006, es obligatorio aislar los edificios existentes por encima de unos mínimos cuando haya modificaciones, reformas o rehabilitaciones que afecten a más del 25% del total de los cerramientos de un edificio que cuente con una superficie útil superior a 1.000 metros cuadrados.
Aparte de lo establecido por la ley, para cualquier edificio de más de 20 años o insuficientemente aislado, se estima aconsejable una rehabilitación térmica.
¿Qué beneficios obtendré?
Además de importantes ahorros energéticos que podrían ascender al 50% de la factura energética, un buen aislamiento térmico también supone una mejora en el nivel de confort de los usuarios del edificio tanto en invierno como en verano.
También tiene efectos positivos en la salud de las personas ya que, por un lado, se eliminan las humedades interiores que suelen conllevar la aparición de moho y, por otro lado, se reduce el ruido procedente del exterior o de los propios vecinos.
El aislamiento térmico también produce beneficios medioambientales ya que contribuye a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (principalmente, de dióxido de carbono) gracias a que es necesario tener encendida durante menos horas la calefacción.
Otras consideraciones sobre el aislamiento térmico
Aunque habitualmente la rehabilitación de edificios suele abordarse cuando se detecta algún problema o deterioro del inmueble, poco a poco se está empezando a cambiar de mentalidad y a destacar la importancia de iniciar rehabilitaciones térmicas, aprovechando otras actuaciones de mejora.
Se calcula que en España más de la mitad de los edificios construidos no tienen la protección térmica adecuada, lo cual supone un problema teniendo en cuenta que el consumo de energía de las viviendas españolas supone alrededor del 20% del consumo total del país. Lo preocupante es que este consumo no ha dejado de crecer a lo largo de los últimos años.
España tiene una dependencia energética del exterior superior al 80%, por lo que cualquier medida de ahorro de energía es beneficiosa tanto a nivel individual como a nivel global para la economía del país.
Para tratar de facilitar la transición hacia edificios con un mejor aislamiento térmico se ha puesto en marcha el Programa de Ayudas para la Rehabilitación Energética de Edificios existentes (Programa PAREER-CRECE), entre cuyas actuaciones se incluyen ayudas para la mejora de la eficiencia energética de la envolvente térmica.