El mantenimiento de las instalaciones de calefacción y agua caliente sanitaria es un aspecto esencial. De nada sirve disponer de los equipos más avanzados si no hay un equipo de expertos en gestión energética detrás, que los manejen y cuiden la instalación para obtener unos objetivos de eficiencia energética.
Estas son las claves a tener en cuenta para un buen mantenimiento de las instalaciones:
- Gestionar la instalación para que cumpla para lo que fue proyectada, con el mínimo consumo energético posible.
- Supervisar que funcionan todos los componentes de la instalación y corregir cualquier desviación/malfuncionamiento en cuanto suceda.
- Velar por la seguridad de la instalación.
El servicio de mantenimiento de las instalaciones ha de considerar tres periodos: antes de la campaña de calefacción, durante la misma y al finalizar.
¿Quién debe realizar el mantenimiento?
Para lograr un perfecto mantenimiento de las instalaciones es conveniente ponerse en manos de un gestor energético. Sin embargo, según el artículo 25 del RITE, es “el titular o usuario de las instalaciones térmicas el responsable en lo que se refiere a su uso y mantenimiento; concretamente de:
- Encargar a una empresa mantenedora la realización del mantenimiento de las instalaciones térmicas.
- Realizar las inspecciones obligatorias.
- Conservar la documentación.
El registro de las operaciones de mantenimiento
Toda instalación térmica debe disponer de un registro en el que se recojan las operaciones de mantenimiento y las reparaciones que se produzcan en la instalación, y que formará parte del Libro del Edificio.
El titular de la instalación será responsable de su existencia y lo tendrá a disposición de las autoridades competentes que así lo exijan por inspección o cualquier otro requerimiento. Se deberá conservar durante un tiempo no inferior a cinco años, contados a partir de la fecha de ejecución de la correspondiente operación de mantenimiento.
La empresa mantenedora confeccionará el registro y será responsable de las anotaciones en el mismo