Con la llegada de las altas temperaturas puede que tengas el impulso de ponerte a regar las plantas en el momento de más calor para tratar de “refrescarlas” o que veas más apetecible darte un baño fresco que una ducha; sin embargo, recuerda que durante el verano también es importante tener en cuenta que el agua es un recurso limitado, sobre todo en algunas zonas de nuestro país, y que es necesario consumirla de manera responsable. Por ello, desde Remica Servicios Energéticos queremos facilitarte algunas recomendaciones que te pueden ayudar a dar la respuesta al cómo ahorrar agua.
1. El grifo, bien cerrado. No cerrar bien el grifo puede suponer un derroche de 90 litros de agua a la semana. Si te vas de vacaciones, antes de salir, revisa que ninguno de ellos gotea ya que de lo contrario, estarás derrochando agua absurdamente. Asimismo, para reducir el consumo, puede ser recomendable que utilices grifos monomando que cuenten con difusores.
2. Con la lavadora, paciencia. El calor del verano provoca que rápidamente se acumule ropa para lavar, pero espera a llenar la lavadora. Cada lavado gasta de unos 60 a 90 litros, ¿realmente quieres desperdiciarlos? Para evitarlo llena bien la lavadora y selecciona adecuadamente el programa en función del tipo de colada y el nivel de suciedad.
3. Usa el lavavajillas. Para que en las vacaciones te preocupes sólo de disfrutar y no pierdas el tiempo en otras cosas, recuerda que el lavavajillas, además de ser la opción más cómoda, también es la más barata: gastarás menos agua y si tienes termostato eléctrico, menos electricidad. El mismo principio que utilizamos con la lavadora, debemos tenerlo en cuenta para el lavavajillas, trata de ponerlo en marcha sólo cuando esté lleno. Además, si estás a punto de renovar cualquiera de tus electrodomésticos intenta elegirlos con etiqueta ecológica y de eficiencia “A” ya que pueden llegar a suponerte un ahorro de energía de hasta el 50%.
4. Dúchate en vez de bañarte. En verano puede que la solución que busques para refrescarte sea llenar la bañera de agua fría, trata de evitarlo. Una ducha tendrá el mismo efecto y puede llegar a ahorrarte 120 litros. Si además, mientras te enjabonas, cierras el grifo, el ahorro puede ser mayor.
5. Utiliza la temperatura ambiente para descongelar. La mayoría de microondas cuentan con la opción de descongelado, pero también puedes sacar el alimento del congelador con el tiempo suficiente para que se descongele con la temperatura ambiente. Otra opción es dejarlo en la parte menos fría de la nevera. De este modo, se aprovechará el frío que éste desprende y podrás subir un par de grados el termostato del frigorífico, reduciendo por tanto el consumo eléctrico. Como ves hay muchas opciones para descongelar los alimentos sin necesidad de que, como hace mucha gente, los pongas debajo del grifo dejando correr el agua caliente. Cada vez que se hace esto, se van por el desagüe unos 15 litros.
6. Riega tus plantas por la noche. Es lo más conveniente tanto para la buena salud de nuestras plantas como para no derrochar agua. Y es que, si lo haces en las horas de más calor, la evaporación del agua será muy rápida y la planta no la aprovechará. Además si riegas cuando el sol es muy intenso, el agua puede actuar como un lupa y afectar a las hojas. Lo más recomendable, por tanto, es regar las plantas por la noche, o a primera hora de la mañana, para que puedan absorber la mayor cantidad de agua posible.
7. Sistema de calentamiento solar. Este sistema que instala Remica Servicios Energéticos nos permite obtener agua caliente más rápido y no derrocharla esperando a que salga del grifo a más temperatura.
+1. ¡Mantente hidratado! A la hora de ahorrar agua, ten en cuenta todos los consejos que te hemos facilitado, ahora bien, recuerda que en verano es muy importante que mantengas hidratado tu organismo y que bebas mucha agua. A lo largo de estos meses hace más calor y nuestro cuerpo reacciona con el sudor, con el que regula la temperatura corporal, por ello es muy importante mantenerse hidratado tanto bebiendo mucha agua como consumiendo frutas de temporada como el melón, la sandía… que contienen grandes cantidades de agua y sales minerales que se expulsan por el sudor.