Aunque la realidad es que existen pocas viviendas que se construyen con instalaciones centralizadas de aire acondicionado, sin embargo, la realidad muestra que este tipo de instalaciones tienden a ser mucho más eficientes.
Sea como sea el sistema de climatización del que se dispone en el hogar, existen unos sencillos gestos que pueden contribuir a ahorrar energía en verano.
Utilizar colores claros en las paredes
A menudo sucede que en un mismo edificio dos viviendas distintas alcanzan temperaturas diferentes. Esto sucede porque las características constructivas de los edificios -tales como los materiales, la orientación y el diseño de las viviendas- influyen en que la temperatura del hogar alcance temperaturas más o menos elevadas. Aunque no se puedan modificar estos elementos, sí hay otros, como el color, en los que podemos influir. Por ejemplo, pintar las paredes de colores claros hará que se concentre menos el calor.
Evitar que entre el calor
Un gesto simple como instalar toldos en las ventanas evita que se concentre el calor. Si además se mejora el aislamiento de las paredes de las viviendas se puede ahorrar energía hasta en un 60%.
El ventilador puede ser un gran aliado
Un ventilador puede ayudar a mantener un adecuado confort de la vivienda. Para que la incorporación de este electrodoméstico al hogar no sea energéticamente ineficiente hay que tener en cuenta algunas recomendaciones. Es preferible utilizar un ventilador de techo, capaz de girar en ambos sentidos y que tenga más de una velocidad. Además, hay escoger el tamaño del ventilador y su ubicación en función del espacio de la habitación.
La temperatura de refrigeración, mejor a 26 grados
Es importante realizar el encendido del aire acondicionado de forma adecuada y no poner el termostato a una temperatura más baja de lo normal. En contra de lo que pueda parecer, esta medida no ayuda a enfriar la casa más rápido y, sin embargo, se consume mucha energía.