A la hora de plantearse cómo realizar una instalación de climatización en unos edificios de oficinas debemos ser muy conscientes de que las consideraciones de consumo energético son importantes ya que repercuten sobre la propia cuenta de explotación de la entidad. Ante esta realidad, el objetivo de ahorro energético cobra una especial relevancia pero también deberá garantizar un adecuado nivel de confort ambiental para los usuarios.
El consumo de energía por necesidades de calefacción y aire acondicionado dependerá de diversos factores como la eficiencia energética del sistema de acondicionamiento térmico instalado, el clima, la ubicación geográfica de la oficina o el estado del sistema de aislamiento.
La instalación de climatización de un edificio de oficinas cuenta principalmente con equipos de refrigeración, calderas, bombas, tuberías, conductos de aire, válvulas, rejillas, difusores, climatizadores y unidades de VRV. En oficinas, la energía usada en climatización supone un 40% del total de la energía eléctrica consumida. Sin embargo, tomando las medidas oportunas es posible alcanzar ahorros entre un 10% y un 40%.
Por ello, a la hora de utilizar el sistema de climatización es importante tener seleccionar una temperatura adecuada: 24-25°C en refrigeración, y 20-22°C en calefacción. Asimismo, es importante que se ubiquen correctamente los termostatos de regulación de frío-calor.
También existen una serie de medidas que podemos tomar para reducir el consumo de energía como instala toldos o persianas regulables en las fachadas que tengan una orientación de alta radiación solar. Con ello, se puede conseguir ahorrar hasta un 20% de energía en refrigeración.
Instalar ventiladores puede ser una buena idea ya que el movimiento del aire produce una sensación de disminución de la temperatura y su consumo es muy bajo. Conviene además colocar termómetros en distintos puntos de la oficina para que los empleados puedan conocer la temperatura real en cada momento.
Los equipos de climatización se pueden programar además para adaptarlos al horario de la oficina y así no desaprovechar energía inútilmente. Por último, realizar labores de mantenimiento de forma continua es fundamental para mantener la eficiencia de la instalación.