La implantación de la energía solar crece en el mundo. Según las Estadísticas de Capacidad Renovable elaboradas por la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA) la potencia instalada en centrales de energía eólica y solar creció en 2015 un 20,08% en el conjunto del planeta.
Los datos proporcionados por IRENA no son tan halagüeños para nuestro país y muestran que en el año 2015 solo aumentaron su capacidad de generación en un 0,25%.
Cuando hablamos de energía solar renovable es conveniente diferenciar entre dos tipos de energías capaces de aprovechar la radiación solar con fines distintos. La energía solar térmica, utilizada para proporcionar servicios de calefacción/refrigeración/agua caliente… y la energía solar fotovoltaica, utilizada principalmente para generar electricidad.
Energía solar térmica
Según el informe de la Asociación Solar de la Industria Térmica (ASIT) Mercado España 2015 Energía Solar Térmica a lo largo de 2015 se instalaron en España un total de 169 MWth (241.165 M2). Según los autores del informe, esto supone “un retroceso del 5,5% respecto del año anterior, lo que sitúa en 2,59 GWth el acumulado de potencia instalada en nuestro país y en casi 3,7 millones de M2 la superficie total instalada y en operación en España”.
Un descenso que desde ASIT atribuyen a dos factores: por un lado, al descenso de actividad en vivienda construida y regulada a través del Código Técnico de la Edificación (CTE) y, por otro, a la disminución de los Programas de Apoyo de las comunidades autónomas.
Energía solar fotovoltaica
Por su parte, la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), en su Informe Anual del sector fotovoltaico destacaba que en 2015 se produjo un cierto avance “del autoconsumo y los sistemas aislados de la red sin primas del Estado, que supusieron el 79% de la nueva potencia fotovoltaica instalada el año pasado en España”.
Estos datos, calificados de “positivos”, se consideran por UNEF muy escasos si se comparan los 22MW de nueva fotovoltaica instalada en España con los 40.000 nuevos GW instalados en el mundo en 2014.
¿Por qué apostar por la energía solar?
La aplicación de la energía solar para generar energía tiene múltiples ventajas. Estas son algunas de las que señala la Guía de la Energía Solar de la Comunidad de Madrid:
- Tiene beneficios para el medio ambiente. Como energía renovable, la energía solar es inagotable y no produce emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Se calcula que una instalación solar térmica en una vivienda unifamiliar con dos metros cuadrados de colectores solares puede evitar en un año la emisión de una tonelada y media de emisiones de dióxido de carbono. Si además la vivienda tuviera una instalación fotovoltaica de 5kWp, se evitaría la emisión de 2,3 toneladas de dióxido de carbono al año.
- Reduce la dependencia energética del exterior. Según datos del Eurostat, el pasado 2014 España fue el segundo gran país de la Unión Europea con mayor dependencia energética del exterior al importar el 72,9% de la energía que consumió ese año. Apostar por la energía solar térmica y fotovoltaica en nuestro país contribuiría a disminuir esta dependencia y a cumplir los objetivos europeos, encaminados a aumentar en un 27% la implantación de las energías renovables en la UE para el año 2030.
- Contribuye al desarrollo socioeconómico del país. La energía solar se obtiene de las radiaciones solares que inciden en una determinada zona. No es un recurso que se exporte, sino que puede considerarse en cierta manera ‘autóctono’. Además genera puestos de trabajo (instaladores, mantenedores…) y permite el desarrollo de tecnologías propias.
¿Sabías que…?
En su objetivo de reducir la dependencia energética del exterior así como la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), la Unión Europea ha establecido un Marco de Clima y Energía para 2030, con tres objetivos principales:
- Reducir, al menos, un 40% las emisiones de gases de efecto invernadero en relación con los niveles del año 1990.
- Reducir al menos un 27% la cuota de energías renovables.
- Mejorar al menos un 27% los niveles de eficiencia energética.
Este marco —adoptado por los dirigentes de la UE en octubre de 2014— tiene como base el paquete de medidas sobre clima y energía hasta 2020.
Además, se ajusta a la perspectiva a largo plazo que contemplan la Hoja de ruta hacia una economía hipocarbónica competitiva en 2050, la Hoja de ruta de la energía para 2050 y el Libro Blanco sobre el Transporte.
Más información en http://ec.europa.eu/clima/policies/strategies/2030/index_es.htm