“En edificios de calefacción central, con la instalación de sistemas que permitan la individualización de costes -ya sea mediante contadores o distribuidores de costes- y con la introducción de válvulas termostáticas en los radiadores, cada usuario final podrá controlar la temperatura de confort en cada una de las estancias de su casa”, explica Carlos Braojos, director de Producción de Remica quien, en sintonía con las opiniones de miles de expertos, destaca las ventajas de apostar por este sistema.
Más control sobre el consumo
Pongamos por ejemplo el caso de una familia que se ausenta unos días de su vivienda. Gracias a la individualización es posible cerrar algún radiador o todos, si la vivienda va a estar vacía varios días. De ese modo se paga únicamente por la energía que se ha consumido.
Teniendo en cuenta que en una comunidad de propietarios el gasto en calefacción y agua caliente sanitaria puede suponer más del 60%, la implantación de la individualización puede generar ahorros de hasta un 30% en el gasto energético.
Se crean hábitos más sostenibles
Según las opiniones de diversos usuarios y clientes de Remica, optar por la calefacción central individualizada es una opción más cómoda, económica y equitativa.
“Antes los vecinos estaban acostumbrados a abrir la ventana cuando tenían calor por culpa de la calefacción central. Actualmente, como cada vecino paga por lo que consume, en lugar de abrir la ventana cierran las válvulas de los radiadores”, afirma Jose Emilio López, presidente de una comunidad de propietarios de Madrid que ha renovado su sistema de calefacción central con Remica.
Con el paso del tiempo, la experiencia mejora
Experiencias en otros países europeos demuestran que durante los tres primeros años tras la individualización de calefacción central, los ahorros energéticos en las comunidades de propietarios van aumentando de forma progresiva.
La explicación más razonable a esta evidencia es que no todo el mundo cambia sus hábitos de consumo de calefacción durante el primer año y se tarda un tiempo en conciliar el confort y el gasto deseados.
“A medida que pasa el tiempo, te vas acostumbrando a utilizar la instalación”, opina Clemente Morán, presidente de una comunidad de propietarios de Majadahonda que lleva tres años con Remica.
Según su experiencia, los primeros meses, los vecinos que están acostumbrados a no cerrar las válvulas de los radiadores cuando se ausentan, no son plenamente conscientes de lo que ese pequeño gesto supone. Pero con el paso del tiempo las cosas cambian. “Aquí hay vecinos que decían que se ‘asaban’ de calor en casa durante el invierno y yo les decía tienes una válvula que puedes cerrar. Los vecinos se han acostumbrado a usarlas y ahora sí se nota”, asevera.
Se termina con las diferencias de opiniones y las disputas
Con un sistema de calefacción central tradicional es habitual que los vecinos tengan discrepancias entre ellos a la hora de establecer los parámetros de funcionamiento, la temperatura, el horario…
Instalando contadores y/o repartidores de costes que contabilicen el gasto realizado por cada vecino, y válvulas termostáticas que permitan regular la temperatura de confort de cada vivienda se zanjan muchos de estos conflictos.
En palabras de uno de los presidentes de una de las comunidades que ya han probado este sistema con Remica: “Yo les aconsejaría que cambiasen. La calefacción individualizada es mejor porque en tu casa puedes apagar el radiador y si no quieres no consumes. Y, además, al cambiar a un sistema más eficiente, el gasto en calefacción es menor”.
Se necesita contar con una empresa experimentada en el sector
Llevar a cabo la individualización en una instalación de calefacción central es un proceso complejo, que para llevarse a cabo correctamente precisa de varias actuaciones complementarias a la instalación de repartidores de costes y válvulas termostáticas.
Según explica Antonio Ocaña, director Comercial de Remica, “es necesario efectuar un cálculo de la nueva hidráulica para establecer cuáles serán las soluciones técnicas necesarias para regular el nuevo caudal variable tanto en la sala de calderas (selección de las nuevas bombas de calefacción), como en la red de distribución general (equilibrado de caudales por columnas) y en las viviendas (equilibrado en radiadores a través de una correcta elección del tipo de válvula termostática). Todo ello debería quedar plasmado en una memoria de cálculo donde se reflejarán todas las intervenciones que se han realizado en la instalación y que, por supuesto, desde Remica nos comprometemos a poner a disposición del usuario”.
En definitiva, para que el conjunto de la instalación funcione correctamente, es necesario contar con una empresa con experiencia demostrable en gestión técnica, tanto en salas de calderas como emisores (radiadores, fancoil, etc). Si no instalamos las medidas que nos garantizan el correcto funcionamiento de la nueva instalación nos ahorraremos parte de la inversión, pero es muy probable que nos venga a la cabeza la consabida frase de “a la larga, lo barato sale caro”, opina Antonio Ocaña.
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