Los radiadores, en las instalaciones de calefacción central, deben tener un mantenimiento adecuado para que funcionen de forma óptima y proporcionen el calor que necesita el usuario.
Estas cinco claves para mantener en buen estado los radiadores te ayudarán a conseguirlo:
Purgar los radiadores, en instalaciones de calefacción central
Prepara tus radiadores para el invierno. Para ello, es fundamental que cuando comience la temporada de calefacción purgues tus radiadores.
¿En qué consiste este proceso? Los radiadores, en instalaciones de calefacción central, necesitan sacar el aire que se acumula en los meses en los que la calefacción no ha permanecido encendida. En el momento que deje de salir aire y comience a salir sólo agua, estará limpio.
Al menos una vez al año se recomienda realizar un purgado en radiadores ya que el aire contenido en su interior dificulta que se transmita el calor desde el agua caliente hacia el exterior.
Mantener limpios los radiadores
Realizar una limpieza periódica de radiadores en instalaciones de calefacción central también es fundamental para que estos equipos funcionen de manera adecuada.
Los radiadores siempre se deben limpiar cuando no estén funcionando y estén fríos. Para limpiar de polvo y pelusa el espacio que hay entre tubos, la parte a la que más cuesta acceder, se recomienda utilizar primero una aspiradora y, posteriormente, un plumero o cepillo cilíndrico capaz de llegar a cualquier rincón.
Conviene aprovechar la limpieza del radiador para comprobar si se ha producido alguna rotura o si existen marcas de oxidación.
¿Se ha realizado un correcto equilibrado hidráulico de la instalación?
En instalaciones de calefacción central, es conveniente realizar un equilibrado hidráulico con el objetivo de asegurarse que todos los radiadores reciben el agua que necesitan para funcionar.
En las instalaciones de calefacción central que funcionan con agua, el agua circula por el circuito de calefacción de todo el edificio y llega a los radiadores de las viviendas. Al calentarse el agua en los radiadores, se transmite el calor a la habitación.
Si este proceso no se realiza de manera adecuada y fluida, surgen problemas. Los más comunes son las grandes diferencias térmicas entre viviendas: las más cercanas a la sala de calderas (habitualmente, las plantas más bajas) registran un exceso de calor, mientras que las plantas superiores tardan más en calentarse.
El equilibrado hidráulico busca terminar con estos fenómenos. Su aplicación tiene un triple beneficio:
- Se asegura que llegará el caudal de agua a todos los radiadores.
- Las válvulas termostáticas cumplirán de manera óptima su función de regular la temperatura.
- Se podrán prevenir problemas de funcionamiento (ruidos).
Válvulas termostáticas y repartidores de costes
Instalar válvulas termostáticas en los radiadores contribuye a mantener la temperatura deseada por el usuario. Gracias a sus diversos niveles de ajuste, las válvulas termostáticas permiten alcanzar la temperatura deseada, abriendo o cerrando el paso de agua caliente al radiador, según corresponda.
Un buen momento para sustituir las válvulas corrientes por las termostáticas es cuando las viejas funcionen mal o comiencen a tener fugas; o si se ha procedido a individualizar el consumo de calefacción central en el edificio, de modo que cada persona paga por lo que consume.
En cualquier caso, la instalación de válvulas termostáticas debe realizarse por profesionales habilitados, que recomienden la opción más recomendable en cada caso.
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Detentores
Si se instala una válvula termostática en el radiador, también se recomienda colocar un detentor.
En las instalaciones antiguas de calefacción central, lo normal era que carecieran de detentor. En este supuesto, en caso de avería de un radiador, irremediablemente hay que vaciar de agua toda la instalación hasta un nivel inferior al piso en cuestión, con la consiguiente pérdida de agua. Esto provoca que sea necesario introducir agua nueva cuyo poder de corrosión es mucho más alto.
Por ello, si no queremos que la vida útil de nuestra instalación se acorte, la solución es instalar un detentor en cada radiador de nuestra vivienda.
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¿Sabías que…?
Los radiadores en instalaciones de calefacción central:
- Son los elementos intercambiadores de calor entre el agua calentada y el espacio que se quiere calentar.
- Se fabrican en varios materiales: chama, aluminio o acero, principalmente.
- La mejor colocación de los radiadores, por motivos de confort, es debajo de las ventanas, haciendo coincidir la longitud del radiador con la de la ventana, para favorecer la correcta difusión del aire caliente por la habitación.
- Es conveniente no tapar ni obstruirlos radiadores para aprovechar al máximo el calor que emiten.
- En el caso de que estén situados en huecos u hornacinas, es importante colocar elementos reflectantes detrás de los mismos.
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