En invierno, ahorrar en calefacción es posible si se toman pequeñas medidas o si se cambian algunos hábitos que, aunque arraigados, hacen que suba la factura energética. Se trata de medidas de bajo coste, o sin coste alguno, que pueden reducir nuestro gasto en energía entre el 10 y el 40%.
¿Importa si subo la calefacción? Sí, cada grado cuenta en la factura
¿Sabías que por cada grado centígrado que se incrementa la temperatura en un radiador aumenta el consumo de energía aproximadamente en un 7%?
Y aunque hay personas más frioleras que otras, una temperatura que oscile entre los 19-21 grados centígrados es suficiente para obtener confort.
Por la noche, cuando las personas permanecen acostadas y abrigadas, una temperatura de 15 a 17 grados centígrados suele ser la adecuada.
¿Por qué dejar encendida la calefacción cuando la vivienda permanece vacía?
Cuando no hay nadie en casa, ¿por qué dejar la calefacción encendida? ¡Nadie estará disfrutando de esas horas de calor que proporciona el sistema!
Si lo que preocupa es encontrar la vivienda caldeada al regresar, los termostatos y válvulas termostáticas permiten programar la calefacción para que se ponga en marcha automáticamente. Gracias a estos dispositivos se puede ahorrar entre un 8 y un 13% de energía. En muchos casos, el coste de instalarlos se recupera con creces gracias a los ahorros obtenidos.
No aplicar la misma temperatura en toda la casa, ni durante todo el día
Si el inmueble es grande y no se utilizan algunas habitaciones, es mejor cerrarlas y caldear la vivienda solo en las estancias que se utilizan. De ese modo se ahorra energía sin restar una pizca de confort en la vivienda.
Igualmente, conviene tener en cuenta que las necesidades de calefacción también varían a lo largo del año y a lo largo del día. Incluso en invierno es mejor dejar pasar la luz natural, ya que contribuye a que una habitación permanezca caldeada durante las horas centrales del día.
Ventilar es necesario, pero se derrocha energía si no se realiza de manera adecuada
Es necesario renovar el aire de una habitación todos los días. Para hacerlo sin desperdiciar energía, en invierno lo mejor es hacerlo por las mañanas, antes de encender el sistema de calefacción.
Se estima que diez minutos es más que suficiente para renovar completamente el aire de una estancia.
Lo barato sale caro si no se invierte en un buen servicio de mantenimiento
Se estima que el mantenimiento de una caldera individual ahorra hasta un 15% de energía. En el caso de las calderas comunitarias, resulta imprescindible contar con una compañía que proporcione tanto un mantenimiento correctivo como preventivo, que sea capaz de detectar de forma temprana cualquier situación que pudiera terminar generando problemas.
Radiadores limpios y libres de obstáculos
Los radiadores son los emisores de calor que más se utilizan en los hogares. Cada año, antes de que comience la temporada de calefacción, deben purgarse para expulsar el aire que se haya podido acumular durante los meses que han permanecido inactivos y que, de mantenerse, dificulta la transmisión de calor a la estancia.
En el día a día, los radiadores han de permanecer limpios y libres de obstáculos. No hay que cubrir los radiadores ni poner ningún objeto al lado que dificulte la adecuada difusión de aire caliente.
Cuidado con las pequeñas corrientes de aire
Una forma sencilla de detectar corrientes de aire es utilizar una vela encendida. Si en un día con mucho viento se coloca junto a puertas o ventanas y oscila la llama es señal de que en esa zona se están produciendo infiltraciones de aire.
Una vez detectadas, estas infiltraciones pueden corregirse tapando las rendijas con medios sencillos y baratos como la silicona, la masilla o el burlete.
Merece la pena invertir recursos en un buen aislamiento térmico
¡Pequeñas mejoras en el aislamiento de las viviendas pueden conllevar ahorros energéticos y económicos de hasta un 30% en calefacción y aire acondicionado!
De hecho, se calcula que entre el 25% y el 30% de las necesidades de calefacción son debidas a las pérdidas de calor que se originan en las ventanas.