Es invierno. En el exterior hace frío. Y en casa, los radiadores funcionan a pleno rendimiento, sin embargo, a pesar de que la temperatura de la vivienda es confortable y los radiadores están calientes en la parte superior, permanecen fríos en la inferior. ¿Existe algún problema? ¿Es normal esta situación? Si se detecta en el hogar, ¿qué se debe hacer?
¿En qué estado se encuentran los radiadores?
Existen múltiples causas por las que los radiadores pueden funcionar de manera defectuosa: rotura, deterioro, una instalación deficiente… O que no se hayan purgado los radiadores antes de la temporada de calefacción.
El purgado es un proceso que consiste en expulsar todo el aire que se haya podido acumular en los meses en los que la instalación ha permanecido inactiva. Para conocer cómo hacerlo en instalaciones de calefacción central, aconsejamos consultar el artículo ¿Por qué se deben purgar los radiadores?
Si el radiador está bien instalado, en buenas condiciones y se ha purgado correctamente, lo más probable es que si permanece caliente por arriba y frío por abajo se deba al funcionamiento habitual de la válvula termostática.
¿Cómo es posible que el radiador esté frío por abajo y que el sistema funcione bien?
Para entender por qué se produce esta diferencia de temperatura entre la parte superior y la inferior de un radiador es necesario comprender cómo funciona y por qué fases atraviesa este emisor de calor.
Válvulas termostáticas
Instaladas en los radiadores, las válvulas termostáticas regulan el caudal de agua caliente que entra en el radiador. A más caudal de agua que circule por el interior del radiador, más calor se emite pero también se consume más energía. (Por cada grado centígrado extra se consume alrededor de un 7% más de energía).
Una vez que el usuario selecciona los grados centígrados que desea alcanzar en la estancia*, la válvula dispone de un sensor capaz de identificar si la temperatura ambiente se corresponde con la que el usuario ha seleccionado.
En invierno, la temperatura recomendada es de 21 grados centígrados, lo que en una válvula con cabezal termostático suele corresponderse con la posición 3.
- Si la temperatura de la habitación es inferior a la seleccionada en la válvula termostática, la válvula abrirá paso al caudal de agua para aumentar el aporte térmico del radiador y conseguir así elevar la temperatura de la habitación.
- Si la temperatura de la habitación es igual a la elegida la válvula mantiene su posición.
- Si la temperatura de la habitación es superior a la temperatura elegida por el usuario, la válvula cierra el paso de agua al radiador para reducir el aporte térmico y conseguir así que baje la temperatura de la habitación.
* En instalaciones de calefacción central, la temperatura interior del hogar no podrá ser superior a la temperatura de consigna ambiente fijada por la Comunidad de Propietarios. Es decir, que si la temperatura ambiente fijada por la comunidad es de 23 grados centígrados, en el interior de los hogares nunca se podrá superar dicha temperatura.
Fases de funcionamiento de un radiador con válvula termostática
Estas son los estados que atraviesa un radiador durante las diferentes fases de funcionamiento:
- Fase de arranque: Para alcanzar la temperatura seleccionada por el usuario, la válvula permite la entrada de caudal máximo del agua y se calienta toda la superficie del radiador.
- Fase normal: Una vez alcanzada la temperatura deseada, la válvula aumenta y disminuye la entrada de caudal para mantener la temperatura de la habitación. Es en esta fase cuando puede que la parte superior del radiador esté caliente y la inferior permanezca fría, ya que para mantener la temperatura de la habitación no es necesario permitir una entrada máxima de caudal de agua. En algún extremo, puede que el radiador llegue a quedar totalmente frio si la temperatura de la habitación es siempre superior a la temperatura seleccionada.
Siempre hay que tener en cuenta que la temperatura de la vivienda nunca podrá superar la temperatura de consigna ambiente fijada por la Comunidad de Propietarios, ya que eso no es técnicamente viable.
Teniendo eso en cuenta, si al regular la calefacción no se alcanza la temperatura deseada en la habitación, es posible que exista un mal funcionamiento en el sistema y que sea necesario avisar a la empresa mantenedora.
¿Y si hay factores que hacen que baje la temperatura?
Imaginemos que la calefacción funciona en fase normal y se abre, por ejemplo, una ventana, lo que hace que la temperatura de la habitación descienda. Entonces el radiador entraría en la fase de arranque y la válvula permitiría de nuevo una entrada máxima de caudal de agua, para tratar de compensar el calor perdido.
Y, posteriormente, cuando la ventana se cierre, y la temperatura interior comience a recuperarse, el radiador entraría en fase de funcionamiento normal, donde la válvula empezaría a limitar la entrada de caudal de agua, por lo que es posible que el radiador comience a enfriarse en la parte inferior.
Pequeños trucos
Según los datos de la Oficina Europea de Estadística, el 43,4% de la energía consumida en el hogar se destina a la calefacción.
Para ahorrar, hacer un buen uso de los radiadores es importante, pero además, también conviene adoptar otros pequeños hábitos que ayudarán a sacar el máximo provecho del sistema de calefacción.
- Comprobar si la vivienda está bien aislada térmicamente. Los pequeños agujeros y grietas de puertas y ventanas, a los que normalmente no se da mucha importancia, pueden ser cruciales a la hora de alcanzar la temperatura de confort deseada. Solucionar estos defectos con medidas sencillas como cintas adhesivas, siliconas o sellos puede evitar una pérdida de calor de hasta un 25%.
- Reorganizar el espacio. ¿Sabías que los muebles absorben el calor, especialmente los que están hechos de tela, como cortinas sillas, sillones y sofás? Para evitar que tus muebles absorban el calor que necesitas, aléjalos lo más posible de los radiadores. Además, evita tapar los emisores de calor con cubre radiadores ya que eso dificulta la transmisión de calor. ¡Ya verás cómo notas la diferencia!
- Las alfombras, grandes aliadas. Además de tener una función decorativa, las alfombras son un elemento que se puede usar para conservar el calor del hogar en invierno. ¡Hay muchas opciones! Desde la tradicional lana, hasta el algodón o el yute, tejido que se adapta muy bien a los cambios de temporada.
- Mantenimiento de la caldera. No esperes a que la caldera empiece a dar fallos. Además de realizar el mantenimiento obligatorio, conviene apostar por la gestión energética de la instalación para detectar posibles ineficiencias. Evitarás pagar más de lo necesario en tu factura energética.
- Limpia tus radiadores y revísalos periódicamente. Mantén tus radiadores libres de suciedad y de polvo y llama a un profesional para que los repare y sustituya si se han deteriorado.
En Remica Servicios Energéticos contamos con una experiencia de más de 35 años en la instalación, rehabilitación y gestión de instalaciones centralizadas de calefacción central. ¡Contacta con nosotros en el teléfono 91 396 03 03 o en el email comercial@remica.es!
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