Después de China y Estados Unidos, la Unión Europea (UE) es el tercer emisor del mundo en emisiones de gases de efecto invernadero.
Conscientes de esta situación, uno de los objetivos acordados por el Consejo Europeo como parte del marco de actuación en materia de clima y energía hasta el año 2030 consiste en reducir las emisiones de gases de efecto de invernadero en la UE en al menos un 40 % para 2030 (con respecto a los niveles de 1990).
Para lograrlo, el principal instrumento que tiene la UE es el denominado Régimen de comercio de derechos de emisión de la UE (RCDE UE), que fue creado en el año 2005 para “promover la reducción de gases de efecto invernadero de un modo rentable y económicamente eficiente”.
El RCDE UE limita el volumen de gases de efecto invernadero que pueden emitir las industrias con gran consumo de energía, los productores de energía y las compañías aéreas.
Los derechos de emisión están limitados a un nivel máximo establecido por la UE, y las empresas reciben o compran derechos individuales. El límite máximo se va reduciendo con el tiempo de tal modo que la cantidad de emisiones disminuye gradualmente.
Sin embargo, lo que ha pasado en los últimos años, debido a la crisis económica, es que la disminución de la actividad en estos sectores ha provocado una caída de las emisiones y también una reducción de la demanda de derechos de emisión.
Junto con otros posibles factores, ello ha dado lugar a una disminución del precio del carbono y a la acumulación de un gran excedente de derechos de emisión en el sistema. Según explica el Consejo Europeo través de su web, esta situación podría provocar que “el RCDE UE deje de constituir un incentivo para reducir las emisiones de un modo económicamente eficiente y de impulsar la innovación hipocarbónica”.
En este contexto, el pasado martes 27 de febrero el Consejo de la UE aprobó formalmente la reforma del sistema de comercio de derechos de emisión para el periodo entre 2021 y 2030, de manera que centrales eléctricas y plantas de industria pesada emitirán menos dióxido de carbono (CO2) en comparación con los niveles de 2005.
Novedades de la reforma
El nuevo sistema incluye como novedades:
-Reducción anual de un 2,2% en el tope del volumen total de emisiones (factor de reducción lineal).
-Se duplican las concesiones que se colocarán en la reserva de estabilidad del mercado hasta 2023 (tasa de alimentación).
-Se establece un nuevo mecanismo para limitar la validez de los derechos de emisión en la reserva del mercado por encima de un cierto nivel a partir de 2023.
La directiva revisada también contiene nuevas disposiciones para proteger a la industria contra el riesgo de fuga de carbono y el riesgo de aplicación de un factor de corrección intersectorial. La proporción de derechos de emisión que se subastará será del 57%, con una reducción condicional de la participación de la subasta en un 3% si se aplica el factor de corrección intersectorial. Si se activa, se aplicará de manera uniforme en todos los sectores.
Las reglas revisadas de asignación gratuita permitirán una mejor alineación con los niveles de producción reales de las empresas y se actualizarán los valores de referencia utilizados para determinar la asignación gratuita.
Los sectores con mayor riesgo de reubicar su producción fuera de la UE recibirán una asignación gratuita total. La tasa de asignación gratuita para los sectores menos expuestos a la fuga de carbono ascenderá al 30%. A partir de 2016 comenzará la eliminación gradual de esa asignación gratuita para los sectores menos expuestos, salvo el sector de calefacción urbana. Los Estados miembros de la UE pueden seguir proporcionando una compensación por los costes indirectos de carbono en línea con las normas de ayudas estatales.
La reforma de la directiva culmina el proceso legislativo comunitario y entrará en vigor al 20º día de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea. Se trata de un paso significativo para que la UE alcance su objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 40% para 2030 y cumplir sus compromisos en virtud del Acuerdo de París.
Mas información en http://www.consilium.europa.eu/es/policies/climate-change/reform-eu-ets/
Fuentes: Servimedia, Consejo Europeo
Las empresas de servicios energéticos contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
Las empresas de servicios energéticos (ESEs) tienen el objetivo final de ahorrar energía, lo que deriva en un ahorro tanto económico como de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
En el caso de Remica, gracias al aumento de la eficiencia energética de nuestras instalaciones del sector residencial logramos un ahorro medio de 138 toneladas de emisiones de dióxido de carbono por instalación.
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