En 2017, el domingo 26 de marzo comienza el horario de verano. Esto significa que a las 2:00 am se adelantan los relojes una hora, hasta las 3:00 am. Se trata de una medida que podría contribuir a ahorrar energía, y que está regulada en la Unión Europea mediante la Directiva 2000/84 y que se incorporó al ordenamiento jurídico español por el Real Decreto 236/2002, de 1 de marzo.
Entre otros aspectos, la Directiva 2000/84 unifica los días en los que se producen los cambios de hora en todos los países de la UE, que han quedado establecidos en el último domingo de marzo (horario de verano) y en el último domingo de octubre (horario de invierno).
Según la propia directiva se trata de una medida importante para el funcionamiento del mercado interior que necesitaría «seguir fijando una fecha y una hora comunes para el comienzo y el fin del período de la hora de verano aplicables en toda la Comunidad».
Sin embargo, algunos organismos también defienden que se trata de una norma que podría contribuir al ahorro de energía global al hacer coincidir el comienzo de la jornada laboral con las horas de luz. Pero, ¿es una medida realmente efectiva? Opiniones hay para todos los gustos.
Opiniones favorables al cambio de hora
El Ministerio de Industria Español recuerda que la aprobación de la Directiva está avalada por las conclusiones de un estudio sobre sus efectos, realizado por encargo de la Comisión Europea y presentado al Parlamento en 1999. “Tras analizar exhaustivamente las repercusiones de la medida, el estudio concluye que tiene impactos positivos no sólo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio”, explican.
El cambio de hora (adelantar y atrasar una hora cada primavera y otoño) no solo se realiza en la Unión Europea, sino que también la llevan a cabo más de 70 países en todo el mundo, excepto Japón que a pesar de ser un país industrializado no ha adoptado esta medida. Se calcula que el cambio de hora afecta a unos 1.500 millones de personas en todo el mundo.
En nuestro país, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) valora el potencial de ahorro en iluminación que genera esta medida en un 5%, lo que equivale a 300 millones de euros. De esa cantidad, 90 millones corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del sector terciario y en el sector industrial.
Opiniones contrarias a que contribuye a ahorrar energía
Sin embargo, no todas las instituciones están de acurdo con este cambio de hora. El pasado mes de octubre de 2016 surgió la polémica, cuando el Parlamento de Baleares tramitó una petición para que no se retrasase el reloj y se mantuviera el horario de verano con el objetivo de aprovechar al máximo las horas de luz en esta región turística. Quienes se mostraban favorables a esta petición del parlamento balear argumentaban que pertenecer a otro uso horario responde a decisiones políticas de carácter industrial obsoletas y que la sociedad moderna necesita que las horas de sol se adapten a su tiempo de ocio.
Además, hay quien duda de que esta medida sea efectiva de manera significativa cuando se trata de ahorrar energía. Un informe de Red Eléctrica de España (REE) –la empresa que registra minuto a minuto la evolución de la demanda eléctrica– publicado en 2007 sostiene que durante los primeros días de aplicación de la medida se detecta un ahorro en el consumo eléctrico que, sin embargo, se va diluyendo con el paso del tiempo.
Por otro lado, el cambio de hora podría tener efectos sobre nuestra salud. Según algunos expertos, atrasar o adelantar el reloj genera malestar leve en la salud y el descanso de las personas, como por ejemplo, ligeros trastornos del sueño, alteraciones en los hábitos alimenticios, más cansancio, irritabilidad o falta de concentración. Estos efectos remitirían a los tres o cuatro días y afectarían con más intensidad a los niños y a los ancianos, según explica el doctor Salvador Tranche, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFyc) en declaraciones recogidas por El Periódico.
Un poco de historia sobre el cambio de hora
El cambio de hora se puso en práctica por primera vez durante la Primera Guerra Mundial. Algunas naciones impusieron esta medida para ahorrar combustible.
A principios de la década de los setenta, en plena crisis del petróleo, varios países optaron por la misma medida para ahorrar energía.
Durante el siglo XX España vivió un cambio de hora histórico al adelantar en 1943 los relojes sesenta minutos, algo que ciertos expertos consideran un gran error y que explicaría por qué en la Península Ibérica se come y cena más tarde que en el resto de Europa.