En las viviendas con calefacción a gas, disfrutar del máximo confort y ahorrar energía es posible. Lograrlo depende de múltiples factores, entre ellos el nivel de eficiencia de la instalación. Así, las instalaciones más ineficientes más energía desperdician y, en consecuencia, mayor tiende a ser la factura energética a pagar.
Pero, además, aplicando unos sencillos consejos podemos ahorrar gas en invierno y disfrutar de la mejor temperatura de confort que puede ofrecernos nuestra calefacción.
1. Escoger la tarifa más adecuada para ahorrar gas
Antes de que comiencen los meses de más frío, es buen momento para revisar la tarifa de gas que estamos pagando.
Al igual que sucede con otros sectores como los seguros y la telefonía, en la actualidad existen diversas compañías comercializadoras de gas que ofrecen multitud de tarifas. De ese modo el usuario puede elegir la que mejor se adapte a sus necesidades.
Elegir la tarifa más adecuada, que permita al consumidor ahorrar en la factura del gas en invierno, puede resultar una tarea más fácil si se siguen las siguientes recomendaciones:
- Es necesario conocer el consumo anual de gas que necesita la instalación ya que eso determinará que puedan acogerse a un grupo tarifario o a otro.
- En aquellos casos en los que el consumo sea inferior a 50.000 kWh anuales y baja presión, se puede elegir el suministro con tarifas de gas de último recurso (TUR).
- Hay que tener presente que las TUR tienen la ventaja de estar fijadas por el Ministerio de Industria y la desventaja de que no se aplican descuentos, como sucede en muchas tarifas del mercado libre.
2. Beneficiarse de la gestión energética
Ya se trate de una caldera individual o central, se debe recurrir a un profesional cualificado para que se ocupe de la revisión y el mantenimiento de la caldera. Pero además de estos servicios, si se apuesta por la gestión energética de la instalación de calefacción, los beneficios se multiplican. Incluso, se puede registrar un ahorro medio del 15% en comparación con el mantenimiento tradicional.
Las empresas de gestión energética ponen al servicio de los usuarios las últimas tecnologías para asegurar la máxima eficiencia en el funcionamiento de la instalación, lo que conlleva un ahorro de energía.
Pero lo realmente importante es que es la empresa quien se hace responsable de los resultados, es decir, si la instalación no funciona correctamente y gasta más energía, esto no afectará económicamente a los vecinos.
Cuando contratamos gestión energética pagamos energía útil, es decir, la energía que sale ya transformada después de que el combustible haya pasado por la caldera. Mientras, al gas que entra en la caldera es lo que llamamos energía primaria.
3. Preparar los radiadores para el invierno
Tras meses de inactividad en primavera y en verano, hay que poner a punto los radiadores antes de usarlos. En primer lugar hay que asegurarse de que están limpios y es necesario purgarlos, al menos, una vez al año, preferiblemente antes de que comience la temporada de calefacción.
Para ello, hay que girar el tornillo de evacuación del radiador hasta que deje de salir aire y comience a salir agua, lo que significará que el radiador está limpio. De ese modo se asegura un correcto funcionamiento del radiador y alcanzar antes la temperatura de confort.
4. No poner obstáculos al calor que emiten los radiadores
Si se colocan cortinas pesadas, muebles, cubre radiadores u otros objetos delante de los radiadores se dificultan la transmisión de aire caliente y, en consecuencia, se tarda más en disfrutar de la temperatura de confort adecuada.
Hay que tener en cuenta que si un objeto dificulta el paso del aire caliente del radiador probablemente el usuario incrementará la temperatura y, por cada grado en que se incrementa la temperatura de un edificio o vivienda, el consumo energético aumenta en un 7%-10%.
5. Ajustar la calefacción al uso real
¿Por qué mantener encendida la calefacción las horas que está vacía? De esa manera se desperdicia energía. Para mantener la vivienda caldeada al regreso del trabajo, existen sistemas que permiten programar el encendido de los radiadores, de modo que empiecen a funcionar un poco antes.
Durante el día se recomienda ajustar el termostato a 20-21ºC. Ventilar antes de encender la calefacción, usar ropa de tejidos cálidos en casa durante el invierno, bajar las persianas por la noche para que no se escape el calor y correr las cortinas para evitar que traspase el frío desde los cristales son algunos trucos que permitirán mantener el confort del hogar en invierno haciendo un consumo energético responsable.
Según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), habitualmente no es necesario mantener encendida la calefacción por la noche ya que, arropados en la cama, los seres humanos pueden dormir confortablemente con temperaturas de entre 15-17ºC. En los casos en las que las casas están mal aisladas y se pierde mucho calor por la noche, se puede dejar la calefacción encendida con el termostato a 15-17ºC.
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Instalaciones de calefacción central: ¿Cómo ahorrar gas gracias a la individualización?
En las comunidades de propietarios sin individualización de calefacción central, no existe un sistema que permita medir por vivienda cuál es el gasto energético que realiza.
Por ello, a la hora de sufragar los gastos de calefacción, cada vecino paga una cuota fija en función de criterios como los metros cuadrados de su vivienda.
Lo que sucede en este tipo de instalaciones es que, aunque hayan instalado una caldera a gas de condensación y alta eficiencia energética, se tiende a consumir más energía de la necesaria para obtener una temperatura de confort adecuada en cada vivienda (ya que se pagará la misma cuota independientemente del consumo que se realice).
Por ello, desde el sector de la gestión y mantenimiento de las instalaciones térmicas se recomienda que en este tipo de viviendas opten por la individualización de la calefacción central. Un sistema gracias al cual las comunidades de propietarios pueden ahorrar hasta un 25% en calefacción* .
*Datos extraídos del “Estudio sobre ahorros derivados de la contabilización individual de calefacción en España”, realizado por la Universidad de Alcalá para AERCCA (Asociación Española de Repartidores de Costes de Calefacción)
¿En qué consiste la individualización de calefacción central?
En edificios residenciales con calefacción central que han optado por la individualización:
- Existen sistemas de medición (contadores /repartidores de costes) que permiten contabilizar o estimar el consumo de energía de cada vivienda.
- En consecuencia, cada vecino pagará más en función del consumo energético que realiza.
Para que este modelo resulte efectivo, junto a la instalación de contadores/repartidores de costes conviene instalar válvulas termostáticas en los radiadores. De ese modo, cada vecino podrá regular la temperatura de confort a su gusto y, por ejemplo, evitar que se consuma calefacción cuando la vivienda está vacía.
Además, cuando se afronta la individualización de calefacción central en un edificio residencial, es necesario adecuar el sistema de distribución hidráulica de toda la instalación –realizar un equilibrado hidráulico- para que este responda adecuadamente con caudales variables, lo que produce un mejor rendimiento del sistema y en un mayor nivel de confort para las personas.
Gracias a la individualización de la calefacción central las comunidades no solo ahorran en la factura del gas, sino que también mejoran su nivel de confort.
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