Mejorar en eficiencia energética influye de forma positiva en la competitividad de las compañías
Tras la aprobación, el pasado mes de febrero, del Real Decreto 56/2016, por el que se transpone la Directiva 2012/27/UE, las grandes empresas y grupos de sociedades deberán someterse a una auditoría energética cada cuatro años.
¿Qué beneficios tiene esta medida?
Las auditorías energéticas tienen un efecto positivo ya que las empresas serán más conscientes de cómo pueden sacar el máximo partido a su consumo energético y evitar así ineficiencias.
Cuando las compañías observen que el ahorro energético que pueden alcanzar les beneficia económicamente y les ayuda a ser más competitivas es probable que muchas de las medidas sugeridas en la auditoría energética se pongan en marcha.
¿A qué tipo de compañías afecta?
Para adaptarse a la nueva norma, aquellas compañías que no cuenten con un sistema de gestión energético/ambiental -certificado por un organismo independiente que incluya una auditoría energética conforme a las directrices del Real Decreto-, deberán someterse a una auditoría energética antes del 14 de noviembre de 2016. Todas las auditorías deberán cubrir, al menos, “el 85 por ciento del consumo total de energía final del conjunto de las instalaciones ubicadas en el territorio nacional”.
Esta obligación de realizar auditorías energéticas afecta a aquellas compañías que cumplan al menos dos ejercicios consecutivos con la condición de ‘gran empresa’, es decir, que “ocupen al menos a 250 personas o las que, aun sin cumplir dicho requisito, tengan un volumen de negocio que exceda de 50 millones de euros y, a la par, un balance general que exceda de 43 millones de euros”. También es obligatorio para los grupos de sociedades, definidos según lo establecido en el artículo 42 del Código de Comercio.
Sin embargo, quedan excluidas del ámbito de aplicación las microempresas, y pequeñas y medianas empresas (PYMES).
¿Cómo debe realizarse la auditoría energética?
Dado que cada compañía tiene unas características únicas, el coste variará ya que las auditorías energéticas deberán adaptarse a la configuración propia de cada organización. Lo normal es que con la implantación de algunas de las medidas energéticas recomendadas, el coste de la auditoría se vea más que compensado.
Para realizar las auditorías, las compañías podrán contratar a auditores energéticos externos debidamente cualificados o determinar realizarlo con técnicos cualificados de la propia empresa, “siempre que no tengan relación directa con las actividades auditadas y pertenezcan a un departamento de control interno”. En cualquier caso, el técnico deberá haber recibido y superado un curso teórico y práctico de conocimientos específicos de auditorías energéticas impartido por una entidad reconocida por el órgano competente de la comunidad autónoma.
La importancia de contar con una ESE
Para implantar las medidas sugeridas en las auditorías energéticas, contar con la experiencia de empresas de servicios energéticos (ESEs) supone un plus de garantía para las compañías ya que las ESEs se ocupan de conseguir los objetivos de ahorros y de garantizar el correcto funcionamiento de las instalaciones.
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