¿Qué calderas de calefacción central son las más adecuadas para mejorar la eficiencia energética de los edificios residenciales? Los autores de la guía Renovar para consumir menos energía, editada por Fenercom, aconsejan que, para calefacción de agua, lo más recomendable es “utilizar calderas de alta eficiencia energética, que incorporan diversas tecnologías para aprovechar al máximo la energía del combustible y pueden adaptar automáticamente su potencia a las necesidades reales de calor”.
Es decir, que estas calderas de calefacción central evitan el derroche energético al adaptarse a las necesidades térmicas de temperatura. Por ello, aunque el precio de compra pueda ser mayor, el ahorro en combustible permite amortizar el sobrecoste.
Las calderas de calefacción central de condensación son las más eficientes
Las calderas de calefacción central de condensación son altamente eficientes. Entre sus características destaca que:
- Son capaces de aprovechar la energía que normalmente se pierde a través de la chimenea, recuperando una parte importante del calor de los humos de combustión.
- Se calcula que, gracias a las calderas de condensación, se consume hasta un 50% menos que con otras calderas de calefacción central estándar, y un 15% menos con respecto a las calderas de calefacción central de baja temperatura.
- Al necesitar menos combustible, también se disminuye la emisión de gases contaminantes. Producen alrededor de un 30% de emisiones de CO2 y más del 50% de NOx.
La caldera no debe tener una capacidad sobredimensionada
En la guía Renovar para consumir menos energía también se destaca la importancia de que, al elegir entre los tipos de calderas de calefacción central, se decida instalar una con “una potencia adecuada al tamaño y las características de la vivienda ya que una caldera demasiado potente no garantiza necesariamente un mayor confort, es más cara y consume más energía de lo necesario”.
En cambio, con una caldera de condensación con una potencia ajustada a las dimensiones del espacio a calentar, el ahorro energético puede ser de hasta un 30% con respecto a un modelo más grande.
Mejor elegir el combustible más económico y menos contaminante
Otro punto importante a la hora de acometer una rehabilitación de la instalación térmica es elegir el tipo de combustible que hará funcionar las calderas de calefacción central. Esta elección está limitada por cómo sea la instalación y la ubicación de la vivienda, y si tiene o no acceso a las redes de distribución de combustible.
Elegir el tipo de combustible es importante tanto por razones económicas (ya que es una de los principales gastos regulares de las instalaciones térmicas) como medioambientales (ya que de un combustible a otro varía el volumen de emisiones de gases contaminantes).
- Respecto a los combustibles fósiles, el gas natural es el más eficiente energéticamente (72-80% de eficiencia), frente al gasóleo C (con una eficiencia del 60-86%). Además, el gas natural tiene el precio más bajo por kWh generado en calderas. En cambio, la electricidad mediante resistencia es la más cara: a precios diurnos puede llegar a ser el triple de cara con respecto al gas natural.
- Otra ventaja del gas natural es que es el menos contaminante dentro de los combustibles no renovables.
- También conviene aprovechar fuentes de energías renovables de bajas o nulas emisiones, como por ejemplo, los paneles solares térmicos para generar agua caliente sanitaria.
- Considerada una energía renovable, la biomasa empieza a considerarse una buena alternativa a otro tipo de combustibles. En núcleos urbanos, muchas comunidades de propietarios que eligen instalar calderas de calefacción central de biomasa lo hacen al sustituir su vieja instalación basada en carbón. En las zonas rurales, la biomasa es una alternativa que se ha popularizado. Existen diferentes tipos de biomasa: pellets, astilla, hueso de aceituna, etc.
La rehabilitación energética de edificios residenciales
La elección de calderas de calefacción central eficientes debe complementarse con otras medidas. Entre ellas, es fundamental acometer una rehabilitación energética para mejorar la envolvente del edificio si este no cuenta con el aislamiento adecuado. De otro modo, las calderas de calefacción central pueden estar funcionando a pleno rendimiento y, aun así, derrochar energía ya que el calor se escapa por la envolvente.
Los equipos de calefacción y agua caliente sanitaria, los electrodomésticos y la iluminación representan el 90% del consumo energético total de las viviendas. Por tanto, mejorar la eficiencia de alguno de esos aspectos puede suponer una importante diferencia en la factura energética.
Sabías que…
- La mayoría de la energía consumida en nuestro país se emplea en edificios residenciales.
- Se estima que el sector residencial es el responsable de un 14% del consumo de energía final.
- En la región de Madrid, el 70% de edificios cuenta con una antigüedad superior a diez años, muchos de los cuales son deficientes energéticamente, por lo que necesitarían una rehabilitación energética.
- En las viviendas, casi el 50% del edificio se debe a climatización (calefacción y refrigeración). Por tanto, este es el principal uso energético que debe reducirse.
