¿Sabías que los gastos en un edificio de viviendas con calefacción central pueden suponer hasta un 60% de la factura energética? Se trata de un gasto importante para las comunidades de propietarios, que en la mayoría de los casos se puede reducir si se aplican las medidas de ahorro y eficiencia energética adecuadas.
De ese modo se termina con el derroche energético pero manteniendo el confort y las prestaciones que necesitan las personas que habitan en el edificio.
Recientemente, la Comunidad de Madrid ha publicado su Guía para reducir el gasto en calefacción central, en la que ofrecen varios consejos útiles para disminuir la factura energética, entre ellos cambiar de combustible, instalar calderas de condensación e instalar sistemas de regulación y reparto de costes en los radiadores.
Cambiar de combustible para un sistema de calefacción central más eficiente
En comparación con el gasóleo, el gas natural es un combustible de origen fósil, de gran eficiencia, menos contaminante y menos costeso que el gasoil.
En 2014 se consumieron en España 305.409 GWh de gas natural. Ese mismo año, el gas natural constituyó el 19,6% de la energía primaria en España. Los beneficios que ofrece este combustible han provocado que su uso se haya extendido. Las cifras hablan por sí mismas: en 1985, solo un 2% de energía primaria en España correspondía al gas natural.
El crecimiento en la implantación del gas natural en España ha tenido una repercusión positiva en el medio ambiente y también ha contribuido a mejorar la productividad de las empresas españolas.
En las comunidades de propietarios que deciden sustituir su vieja calderas de carbón o gasoil por una de gas natural, no solo tienen beneficios económicos y ambientales sino que además, el gas no necesita un depósito específico, como sucede con el gasoil o del carbón. Las comunidades de propietarios pueden aprovechar por tanto estos espacios para su uso y disfrute (construir trasteros, salas de uso común, etc.).
Utilizar calderas de condensación
La función de las calderas es doble. Por un lado, se utilizan para producir agua caliente que necesita el sistema de calefacción; por otro, generan el agua caliente sanitaria (ACS) necesaria para cubrir la demanda de baños, cocinas, etc.
Para aumentar la eficiencia energética del sistema de calefacción central, se recomienda sustituir las calderas ineficientes por calderas de condensación. Este tipo de calderas extraen parte del calor que se pierde en los humos. De ese modo, pueden lograr ahorros energéticos de hasta el 30%.
Los autores de la Guía para reducir el gasto en calefacción central manteniendo el confort, también destacan otra gran ventaja de las calderas de condensación: su elevado rendimiento “tanto en los momentos en los que hay mucha demanda de calor (por ejemplo, los días fríos de invierno) como en aquellos en los que dicha demanda es menor (por ejemplo, días de otoño u horario con baja ocupación)”.
Instalar sistemas de regulación y de reparto de costes en los radiadores
Gracias a la instalación de sistemas de regulación (como válvulas termostáticas) y repartidores de costes en los radiadores, cada vecino paga en función de la energía que utiliza.
Estas medidas están generalizadas con éxito en Europa desde hace más de medio siglo y se calcula que su utilización puede suponer ahorros económicos de hasta un 50%.
Si quieres saber más sobre el funcionamiento de las válvulas termostáticas y los repartidores de costes, en nuestro canal de Youtube encontrarás vídeos didácticos al respecto en los que se explica de manera sencilla y cercana el funcionamiento de estos dispositivos.
Vídeo sobre repartidores de costes de calefacción central
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Vídeo sobre válvulas termostáticas
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Otras medidas
Para evitar el derroche energético y optimizar el rendimiento de la instalación de la calefacción central, la Guía para reducir el gasto en calefacción central manteniendo el confort sugiere como medida complementaria mejorar el aislamiento de la fachada y la sustitución de ventanas por vidrios con tratamiento térmico y factor solar reforzado, conocidos como “dobles acristalamientos de aislamiento térmico reforzado (ATR)».
De ese modo se evitan las pérdidas de energía. Gracias a un buen aislamiento que impida la filtración de aire frío, en invierno se mantendrá el calor generado por el sistema de calefacción central.
Es importante señalar que todas las medidas de ahorro y eficiencia energética propuestas para mejorar el rendimiento del sistema de calefacción central de la comunidad de vecinos deben realizarse por profesionales habilitados, que realicen un diagnóstico de la situación previa y propongan las medidas más oportunas.
Las medidas de ahorro y eficiencia, deben contemplar la consecución de:
- Beneficios técnicos. Tras la rehabilitación las instalaciones han de funcionar con un mejor rendimiento.
- Beneficios económicos: debe tenerse en cuenta el retorno de la inversión (ROI), es decir, que muchas de estas medidas podrán compensarse con los ahorros energéticos alcanzados.
- Beneficios medioambientales. Mejorar la eficiencia energética de las instalaciones también supone disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
- Beneficios ‘de confort‘. Tras la rehabilitación, las instalaciones deben ser capaces de ofrecer el confort y las prestaciones que necesitan los habitantes de los edificios.
La Guía para reducir el gasto en calefacción central manteniendo el confort de la Comunidad de Madrid está disponible online.[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]