Sin lugar a dudas, la eficiencia energética en las comunidades de propietarios es una cuestión que influye en que la factura energética sea más o menos elevada.
Gracias a estas recomendaciones, las comunidades podrán mejorar su eficiencia energética, ganarán en confort y reducirán su factura energética:
1. Replantearse los hábitos de consumo
¿Se usa el ascensor sin necesidad? ¿Están las ventanas de las zonas comunes abiertas en invierno? ¿Permanecen las luces encendidas cuando no hay ningún vecino?
Reflexionar sobre estas y otras cuestiones es necesario. Sencillos gestos, como evitar que se filtre el aire mientras la calefacción está encendida o instalar detectores de presencia que apaguen las luces cuando no haya ningún vecino en las zonas comunes, pueden suponer un ahorro energético significativo.
2. Contratar un mantenimiento profesional
Las instalaciones térmicas, aquellas que proporcionan calefacción y agua caliente, consumen una gran parte de la energía que demandan las comunidades de propietarios. Son instalaciones complejas, por lo que es conveniente que el mantenimiento lo realicen técnicos especializados.
El servicio de mantenimiento debe incluir revisiones periódicas de la caldera y de los sistemas de regulación, y también debe prestar atención en caso de avería.
3. Realizar una buena gestión energética
Pero además del mantenimiento, es recomendable que las comunidades de propietarios contraten a un gestor energético que les recomiende y asesore las medidas necesarias para mejorar la eficiencia energética de las instalaciones de su edificio.
El papel de gestores energéticos como Remica Servicios Energéticos es conseguir mejorar la eficiencia energética de las comunidades de propietarios mediante medidas planificadas, llevadas a cabo con el objetivo de utilizar la mínima cantidad posible de energía dando un servicio adecuado, manteniendo o incluso mejorando los niveles de confort.
4. Asegurarse de tener un buen aislamiento térmico
¿Sabías que un edificio con un mal aislamiento térmico se calienta más en verano y se enfría más en invierno? Por ello, el volumen de energía que se necesita para mantener una vivienda a una temperatura confortable depende en gran parte de su aislamiento térmico.
Además, en un edificio mal aislado se producen desequilibrios térmicos entre viviendas: es decir, que unas casas serán más frías que otras.
Existen múltiples opciones de aislamiento térmico, pero a menudo suponen inversiones fuertes cuyo periodo de amortización hay que estudiar en cada caso. Sin embargo, los ahorros energéticos son significativos y acaban compensando la inversión con el tiempo.
5. Buena gestión del agua caliente sanitaria
Para evitar derrochar energía, es importante que los depósitos de agua caliente sanitaria (ACS) estén térmicamente bien aislados.
Además, no es recomendable tener temperaturas en el ACS por encima de los setenta grados centígrados, ya que aumentan las pérdidas de calor en el depósito acumulador y en las conducciones y se acorta en gran medida su vida útil.
La energía solar térmica supone una opción muy interesante para la producción de ACS en comunidades de vecinos ya que normalmente pueden proporcionar entre el 50 y el 70% del agua caliente que se consume en el edificio.
6. Revisar la tarifa eléctrica
¿La potencia contratada es superior a la que necesita la comunidad? Este hecho puede darse especialmente tras haber instalado dispositivos que mejoran la eficiencia energética tales como lámparas led o detectores de presencia. Teniendo en cuenta que por cada KW que se reduzca la potencia contratada se pueden ahorrar más de 22 euros anuales, conviene avisar a un profesional que analice la contratación eléctrica y que aconseje qué alternativas son las más recomendables para la comunidad.
Desde que se desliberalizó el mercado eléctrico existen múltiples ofertas y opciones de contratación de suministro eléctrico, lo que permite encontrar ofertas que mejor se adapten a las necesidades concretas de cada instalación.
En aquellos casos en los que existe más de un contrato de suministro eléctrico (varios edificios, contratos antiguos de zonas comunes como garajes,…), suele ser más económico unificar todos ellos en un solo contrato.
7. Una iluminación adecuada
La iluminación puede suponer un gasto importante para la comunidad. Para conocer si existe un nivel de iluminación más alto del que se necesita, se puede usar un luxómetro y una tabla con especificaciones de iluminación para cada actividad y tipología de espacio que ayude a ajustar el consumo eléctrico a la necesidad específica en cada caso.
Además, existen pequeños trucos que permiten ahorrar en iluminación: Si se utilizan colores claros en las paredes y techos de las estancias se aprovecha mejor la iluminación natural, lo que permite reducir el alumbrado artificial.
Además, deben mantenerse limpias las lámparas y los elementos reflectantes de las luminarias ya que una bombilla sucia puede iluminar hasta un 30 % menos.