Dónde deben colocarse los radiadores dentro de una habitación es una pregunta que a menudo plantea dudas. Y no es una cuestión baladí, pues su rendimiento se verá afectado según cual sea su lugar de instalación. La opción más acertada, según afirman los expertos, es situarlo bajo la ventana. En este artículo por tanto, vamos a explicar las ventajas que supone colocar el radiador bajo la ventana.
Distribución del aire y aumento de temperatura
Los radiadores proporcionan calor mediante convección al calentar el aire que está a su alrededor. De esta manera, al colocar el radiador bajo la ventana ayudamos a distribuir de manera homogénea el calor por toda la estancia gracias a las corrientes que se generan, aunque sean mínimas. Además, según la Guía sobre las claves para la optimización de las instalaciones de calefacción individual publicada por FENERCOM, esta ubicación proporciona también una ganancia de 0.5C° sobre la temperatura de consigna.
Neutralización del frío
Al colocar el radiador bajo la ventana se transforma la temperatura del aire frío que se filtra del exterior. Por otro lado, se acaba con el “efecto pared fría” pues el radiador calienta la pared que da al exterior, lo que al final se traduce en un aumento del confort de la estancia.
Ahorro de energía
Hasta un 5% según se expone en la guía de FENERCOM anteriormente citada. Esto se produce porque la mejor distribución del aire, el aumento de la temperatura y la neutralización del frío exterior evita un gasto de energía superior.
Ahorro de espacio útil
Al colocar un radiador bajo la ventana amortizamos el espacio, es decir, aprovechamos que en la pared de la ventana tampoco se podría colocar un objeto pegado a ella para no obstruirla.
Si no se puede instalar el radiador bajo la ventana…
Es posible que por la distribución de la vivienda no sea posible colocar el radiador justo bajo la ventana. Si es así la solución siempre pasa por intentar hacerlo lo más cerca posible a esta para seguir aprovechando todos sus beneficios.
En el aislamiento está el ahorro
Otra de las cuestiones que hay que tener en cuenta si queremos ahorrar energía en nuestra vivienda es el aislamiento. Casi la mitad del gasto de los hogares españoles está destinado a calentar sus casas, por lo que evitar que este calor se pierda a través de las paredes o las ventanas debería ser un objetivo primordial.
Según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) una mejora en el aislamiento térmico de la vivienda puede generar ahorros económicos y energéticos de hasta un 30% en calefacción y aire acondicionado.
Sabías qué…
- Los radiadores juegan un papel muy importante en la eficiencia energética y el confort que proporciona una instalación de calefacción.
- Con el objetivo de aumentar la capacidad calorífica de los radiadores se pueden instalar reflectantes para que multipliquen el calor.
- El equilibrado hidráulico es un paso fundamental para asegurar que todos los radiadores de una instalación de calefacción central reciban el agua que necesitan para su correcto funcionamiento.
- Al comienzo de la temporada de calefacción los expertos recomiendan realizar un purgado de los radiadores para asegurarnos su óptimo funcionamiento.
- Las válvulas termostáticas en los sistemas de individualización de consumo son determinantes para lograr el confort en la estancia y aportan hasta un 15% de ahorro al mantener la temperatura constante, según se explica en la Guía sobre las claves para la optimización de las instalaciones de calefacción individual realizada por FENERCOM.
- No es recomendable cubrir los radiadores porque se reduce su capacidad calorífica. Así como tampoco se aconseja pintarlos ni poner objetos cerca que bloqueen el paso del calor.
- IDAE en su Guía Práctica de la Energía recomienda no exceder los 10 minutos el tiempo de ventilación, ya que con este tiempo es suficiente para renovar el aire de la habitación sin producir un enfriamiento del mobiliario y generar pérdidas de energía importantes.
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