Derrochar agua ante la subida de temperaturas que se aproxima no es una opción que se deba elegir si queremos continuar disfrutando del mismo uso que hacemos del servicio actualmente. Nos encontramos ante una época en la que se convierte en un elemento casi imprescindible en nuestro día a día pero no por ello hay que desperdiciarla, hay que hacer un uso racional.
Otra de las causas por las que es necesario no derrochar agua es debido a su origen. El 67% del agua captada para abastecimientos corresponde a aguas superficiales, el 30% a aguas subterráneas y el restante 3% procede de aguas desaladas. Existe un descenso de la disponibilidad de aguas excelentes y aumentan los porcentajes de agua de menor calidad.
¿Qué medidas se pueden adoptar para evitar derrochar agua?
Hay una serie de acciones que se pueden llevar a cabo en casa y favorece el ahorro de agua. A continuación te decimos cuatro sencillas acciones que contribuyen a no derrochar agua:
- Comprueba que tu cisterna funciona correctamente y no pierde agua. Opta por cisternas que permitan la media carga ya que usan la mitad de litros que las cisternas convencionales.
- Si tienes lavavajillas procura que esté lleno completamente para encenderlo. Si no es así, este tipo de electrodomésticos permiten media carga. Igual ocurre con la ropa y la lavadora.
- A la hora de regar el jardín, es mejor optar por sistemas de goteo y revisar el sistema para detectar las pérdidas a tiempo, de esta manera se evita derrochar agua de manera innecesaria.
- Utilizar grifos con limitadores de presión, difusores o reductores de caudal. Además, en caso de tener grifos independientes para agua fría y caliente, es recomendable cambiarlos por un monomando.
Derrochar agua no es una opción para los Objetivos de Desarrollo del Milenio propuestos por Naciones Unidas. El número siete de estos objetivos subraya específicamente la necesidad de garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento. El suministro de agua potable sigue siendo un desafío en muchas partes del mundo.
¿Qué hemos hecho hasta ahora por el agua?
Aunque todavía queda mucho que hacer para dejar de derrochar agua, durante estos años se han registrado logros significativos a nivel mundial:
- El porcentaje de población mundial que utiliza una fuente de agua mejorada ha pasado del 76% en 1990 a un 91% en 2015: 2.600 millones de personas.
- Desde 1990, 1.900 millones de personas lo hicieron a través de agua potable suministrada por cañería hasta su propio hogar. Más de la mitad de la población mundial (58%) ahora disfruta de este nivel más alto de servicio.
- A nivel mundial 2.100 millones de personas han obtenido acceso a saneamiento mejorado. El porcentaje de personas que defecan al aire libre se ha reducido casi a la mitad desde 1990.
Ahora nos encontramos en 2017 y estos datos demuestran que es necesario seguir trabajando para no derrochar agua. Los problemas más graves relacionados con el agua se dan en países en vías de desarrollo. Sin embargo, es un engaño pensar que estos problemas no afectan a todo el planeta, en mayor o menor medida: en España, la persistencia de la sequía y el estado actual de los embalses auguran la posibilidad de restricciones de agua para la agricultura y, en menor medida, para el consumo humano.
Según las Naciones Unidas, en el año 2025 la mitad de la población mundial vivirá en zonas con escasez de agua. Con afirmaciones como esta se deben tomar medidas de manera inmediata y concienciar a la población para evitar derrochar agua.
España es uno de los Estados de la Unión Europea que sufre un mayor estrés hídrico y tiene una mayor escasez de agua históricamente.
¿Sabías que?
- Según el XIV Estudio Nacional de Suministro de Agua potable y Saneamiento de 2016, el 23% de agua urbana suministrada se desperdicia; un derroche que en años anteriores ha llegado a ser del 25%. Incluso, en algunos países de la UE se registra un mayor desperdicio de agua suministrada: un 27% en Francia y un 35% en Italia.
- España es el cuarto país del mundo con el mayor número de grandes presas, 1.200.
- Los ríos españoles recogen al año unos 106.000 hectómetros cúbicos de agua, de los que sólo se podrían utilizar 9.000 si no hubiera embalses.
- Aproximadamente el 80% de los recursos hídricos se emplean en agricultura. El uso urbano supone entre el 8 y el 10% del consumo.
- Cantabria y Extremadura son las autonomías a la cabeza en pérdidas de agua, con fugas de un 39,2% y un 37,8% de su agua distribuida, respectivamente.
- Madrid y País Vasco se encuentran en el lado opuesto como las autonomías que menos pérdidas tienen con un 7,2% la primera y el 8,1% la segunda.