¿Realmente es posible ser feliz en el trabajo? Diversos estudios demuestran que los trabajadores felices son más productivos. No es de extrañar por tanto que la satisfacción laboral de los trabajadores sea uno de los campos a los que más esfuerzos dedican los expertos en Recursos Humanos.
Pero, ¿qué pasa en la actualidad? ¿Son felices las personas en su trabajo, a pesar de vivir en un contexto de recesión económica que dura ya varios años? ¿Es posible compatibilizar vida profesional y plena satisfacción personal?
Los datos muestran que sí. Según la cuarta edición de la Encuesta Adecco sobre Profesiones Felices, la mayoría de personas -ocho de cada diez encuestados- manifiestan sentirse felices con su profesión. Especialmente, se muestran más satisfechos aquellos trabajadores vocacionales, entre ellos deportistas (98,90%), investigadores (95,45%), profesores (95,15%), médicos (94,44%) y psicólogos (94,44%).
Para las empresas, los profesionales motivados son los más buscados porque son más productivos. Este tipo de trabajadores generan un buen ambiente de trabajo, son capaces de afrontar el día a día con una actitud positiva y, en consecuencia, tienden a enfrentarse a situaciones difíciles de manera más creativa y optimista.
Es importante dejar claro que ser un trabajador feliz no tiene por qué ser una cualidad innata en las personas sino que se puede entrenar, excluyendo –claro está– contextos en los que se produzcan situaciones anómalas como el acoso laboral.
Entonces, ¿cómo podemos ‘entrenarnos’ para ser felices en el trabajo? Hay mucha literatura al respecto firmada por todo tipo de expertos. A través de este artículo hemos seleccionado 10 de esas recomendaciones que cualquier persona puede tratar de poner en práctica en su entorno laboral.
- Adoptar una buena actitud
Una mentalidad abierta al aprendizaje y evitar pensamientos ‘tóxicos’ son pequeños gestos que generarán alrededor un ambiente más positivo que es conveniente aprovechar.
También es bueno tener claros los objetivos profesionales que se desean alcanzar y empezar a trazar pequeñas estrategias que permitan dar pequeños pasos para lograrlos. De ese modo las personas tienen la sensación de ‘avanzar’ en lugar de sentirse estancadas.
- Agradecer las críticas
Hay personas que se sienten heridas cuando otra persona realiza una crítica hacia su trabajo. Sin embargo, cuando están bien formuladas y son constructivas, las críticas son muy útiles para mejorar la labor que desempeñamos.
No hay que perder de vista que las críticas evitan que caigamos en la autocomplaciencia y ofrecen un punto de vista diferente, muy valioso para conocer cómo se percibe externamente el trabajo realizado.
- Abrirse a los cambios
Algunas personas afrontan los cambios en su empresa llenos de incertidumbre. Sin embargo, vivir cambios en el entorno laboral puede abrir el camino a aprovechar nuevas oportunidades.
Para empezar, los cambios obligan habitualmente a las personas a salir de su “zona de confort”, lo que obliga a afrontar de manera creativa nuevas situaciones. Así los profesionales adquieren nuevos conocimientos y habilidades y se vuelven más ‘flexibles’; cualidades muy apreciadas por las empresas.
- Aprender a gestionar las emociones
Teniendo en cuenta que en el trabajo siempre hay buenos y malos momentos, es necesario saber gestionar las emociones en las malas rachas para no reaccionar de manera exagerada ante los fallos o fracasos de forma negativa. Examinar las situaciones de manera objetiva y no dar demasiada importancia a los errores sino aprender de ellos es clave para tener una actitud equilibrada en el trabajo.
También, en la medida de lo posible, conviene identificar y alejarse de las personas tóxicas. Estas personas son muy negativas y generan a su alrededor un ambiente enrarecido que hace parecer que las situaciones y las personas son peores de lo que realmente son en realidad.
- Mantener una buena relación con los compañeros
Esforzarse por mantener una buena relación con los compañeros de trabajo, tratar de conectar con ellos, interesarse por cómo están y cómo se sienten, es importante para crear un ambiente de trabajo agradable.
Crear una relación de confianza y compartir con ellos las preocupaciones y necesidades ayudará a normalizar las situaciones complicadas dentro de la empresa.
- Establecer un buen equilibrio personal-profesional
Internet y los dispositivos móviles proporcionan grandes beneficios para las empresas y los profesionales, pero también provocan que las personas se lleven el trabajo allí donde vayan, incluso durante su tiempo libre.
Esta práctica está contraindicada por muchos expertos que, por el contrario, aconsejan reservar un tiempo y un espacio para poder disfrutar de tiempo libre. Y es que las personas que ‘desconectan’ durante un tiempo para dedicarse a otras cosas tienden a ser más productivas y a trabajar con la mente más clara.
- Llevar un estilo de vida saludable
Numerosos estudios demuestran que para procesar información y regenerar energía las personas necesitan dormir al menos seis horas diarias. Además, para rendir bien, es necesario combinar el descanso con una buena alimentación.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) las deficiencias alimentarias disminuyen la productividad hasta en un 20 por ciento, ya sea debido a problemas como la desnutrición que afecta a unas 1.000 millones de personas en el mundo en desarrollo, o al exceso de peso que sufre una cantidad similar de personas en países industrializados.
Se puede encontrar más información al respecto en la propia web de la OIT
- Reconocer los logros personales
Los logros que una persona consigue profesionalmente no siempre son reconocidos por sus superiores o sus iguales. Por ello, se pueden evitar muchas frustraciones si el profesional es capaz de reconocerse a sí mismo el valor de las cosas conseguidas.
También existe el caso de personas que reconocen su logro, aunque le quitan importancia al compararse con otras personas que han alcanzado otras metas más altas que envidian. Ser consciente y valorar lo que se ha conseguido, en lugar de sufrir por aquello que se desea, es importante para mejorar la seguridad en uno mismo y aumentar la satisfacción en el trabajo.
- Intenta cambiar lo que no te gusta
Adoptar una actitud derrotista puede hacer perder de vista que hay oportunidades que se pueden aprovechar para tratar de mejorar en la empresa: cambiar hábitos adquiridos en el trabajo, solicitar algún tipo de mejora…
Sin embargo, los cambios no llegan solos. Para lograr un cambio dentro de la empresa que te beneficie como profesional, además de conocimientos teóricos y prácticos, entran en juego otras habilidades como la persuasión, cultivar las buenas relaciones con iguales y superiores o saber poner en valor los logros obtenidos.
- Organizarse bien
Dedicar los primeros minutos del día a organizar las tareas es fundamental de cara a estructurar la jornada laboral, lo que ayuda a evitar imprevistos y optimizar la productividad.
Hacerlo en un espacio de trabajo agradable, bien organizado y ventilado potencia la concentración y la comodidad.