Ya hemos visto que a partir de enero de 2017 cambiará la escala de medición de eficiencia de los electrodomésticos para simplificarse. De este modo, el nuevo baremo sólo irá desde la G (menos eficiente) hasta la A (máxima eficiencia).
Desde Remica, como expertos en eficiencia energética, recomendamos la compra de equipos eficientes ya que pese a que puedan ser algo más costesos, lo cierto es que nos ayudarán a reducir el consumo de energía y por tanto a reducir nuestra factura energética.
En el siguiente cuadro, extraído de la Guía práctica de la energía editada por el IDAE, se recoge el porcentaje de energía que consume cada electrodomésticos dentro del consumo doméstico.
Antes estos datos, conviene que tengamos en cuenta una serie de consejos que nos pueden ayudar a no derrochar energía y gracias a ello, a reducir nuestra factura energética y contribuir a un mundo más sostenible para todos.
Frigorífico: Se trata del electrodoméstico que más electricidad consume de la casa. La pérdida de frío que pueda sufrir aumenta su gasto energético por lo que evita abrir la puerta si no es necesario hacerlo.
Lavadora: Aprovecha su capacidad llenándola en cada lavado. La mayor parte de la energía que utiliza es para calentar el agua, por ello, si no es necesario, utiliza programas con baja temperatura.
Lavavajillas: Al igual que ocurre con la lavadora, el 90% de su consumo de energía se destina a calentar el agua. Por ello, hay que utilizarlo sólo cuando esté completamente lleno.
Secadora: Las secadoras menos consumidoras son las de gas y las que incluyen ciclos con enfriamiento progresivo. Es conveniente centrifugar la ropa al máximo para ahorrar energía durante el secado y procurar que trabaje siempre a carga completa.
Horno: A la hora de adquirir uno, ten en cuenta que los de gas resultan mucho más eficientes. Sin embargo, lo cierto es que son los eléctricos los que cuentan con una mayor penetración en el mercado. Si es posible, para maximizar su rendimiento, puedes colocar más de un alimento en su interior e intenta abrir la puerta lo menos posible porque cada vez que lo haces se pierde un mínimo del 20% de la energía acumulada en su interior.
Iluminación: cada rincón de tu hogar puede contar con unas necesidades distintas de iluminación. Ahora bien, lo más recomendable serán las lámparas de bajo consumo ya que pese a ser más caras que la convencionales, pueden llegar a durar hasta ocho veces más pero con una reducción del 80% del consumo de electricidad.