El final del verano y la vuelta de las vacaciones suele coincidir con un cambio de tiempo atmosférico, en el que puede hacer tanto frío como calor, y en el que mientras unas personas van con sandalias otras comienzan a sacar las botas de invierno.
Alcanzar la temperatura ideal en esta época del año es complicado cuando se comparte un mismo espacio ya que, muchas veces, la sensación térmica depende de cómo vaya vestida cada persona, o de su tolerancia al frío/calor.
Teniendo en cuenta estos condicionantes, ¿cuál es la mejor opción para conseguir una temperatura de confort que sea beneficiosa para cualquier persona?
Aprovechar la luz solar
Siempre que sea posible, es bueno dejar entrar la luz solar por las ventanas para iluminar y templar la habitación. Una medida tan simple como esta genera efectos muy positivos, ya que favorece la concentración y tiene un buen impacto en el ánimo de las personas. Además, permite ahorrar energía al disminuirse el consumo en luz artificial.
Una temperatura adecuada a cada época del año
En interiores, en verano, la temperatura ideal del aire acondicionado es de entre 24 y 26 grados. En invierno, en cambio, la temperatura recomendada es de entre 19 y 21 grados.
Protegerse frente a los cambios de temperatura para evitar catarros
No exponerse directamente al aire acondicionado o a las corrientes de aire, mantener las fosas nasales despejadas y lavarse las manos después de cualquier manipulación son medidas que pueden proteger el organismo de enfermar con un resfriado.
Vestirse de forma adecuada a la temperatura
Desde la asociación internacional ASHRAE destacan que, el tipo de vestimenta es la razón por la que algunos estudios señalan que, en entornos sedentarios como oficinas, se ha determinado que las mujeres prefieren temperaturas ambiente más altas que los hombres. La razón es que las mujeres adaptan mejor su ropa a las condiciones de verano, mientras que, por lo general, los hombres usan todavía traje y corbata. Llevar una vestimenta adecuada a la época del año en la que nos encontremos (más abrigada en invierno y ligera en verano) aumenta la sensación de confort y evita subir o bajar la temperatura de forma innecesaria.
Fuentes: Caloryfrio; Estudio Nature Climate Change
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