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Visión compartida

¿Qué es la ‘visión compartida’ y por qué es importante?

Visión compartida

Todas las organizaciones tienen objetivos que alcanzar. Comunicarlos es el primer paso para alcanzar dichos objetivos. De hecho, estas organizaciones no llegarán muy lejos si no logran implicar a otras personas que “compartan su visión” y que trabajen y les ayuden a conseguir sus objetivos.

 

 

¿Qué es una visión compartida?

“La visión compartida, en un contexto organizacional, se podría definir como la declaración de un objetivo que deseamos alcanzar, y para cuyo éxito deben estar alineadas otras personas, o incluso toda la organización”, explican desde Henka Consulting.

Establecer una visión compartida es una  tarea compleja, pero tremendamente eficaz cuando se logra crear.

 

¿Cómo establecer una visión compartida?

La visión compartida comienza con una declaración sobre algo que queremos alcanzar, de ahí que la llamemos visión: es algo que aún no tenemos, y cuya consecución no depende únicamente de uno mismo, sino que requiere la acción y el compromiso de otros, de ahí que sea compartida.

En un contexto organizacional, para tener éxito y llevar a cabo esta visión compartida (objetivo que queremos alcanzar), deben estar alineadas otras personas, o incluso toda la organización.

Parece algo sencillo de lograr, pero la realidad demuestra que una de las disfunciones más habituales en las empresas en la actualidad consiste en que cada equipo o cada persona orientan sus esfuerzos más a la consecución de sus objetivos individuales o departamentales que a los objetivos globales marcados por la organización.

 

¿Por qué falla la visión compartida?

¿Qué puede haber fallado?¿Por qué hay tantos casos en los que la visión compartida, imprescindible para alinear los esfuerzos de toda la organización hacia el objetivo común se haya desintegrado en multitud de objetivos individuales, cuya suma no dará como resultado la consecución del objetivo mayor?

En muchos casos la visión compartida se habrá quedado en el nombre porque en realidad haya sido una visión impuesta (y no compartida y aceptada por el grupo). En otros casos al líder le puede haber faltado la capacidad de convicción necesaria. O quizá la organización ha declarado una visión que no estaba en condiciones de alcanzar.

 

¿Cómo lograr una visión compartida?

Lo cierto es que alcanzar una visión compartida derriba muchas barreras, logra el compromiso de las personas que tienen que contribuir a su consecución y sitúa a las organizaciones que la desarrollan a la cabeza de la innovación y la competitividad. ¿Qué se puede hacer entonces para que una compañía pueda alcanzar su visión?

  • En primer lugar, es necesario que quede muy clara esa visión, hacer un ejercicio de visualización profundo, e intentar ver a la empresa como si ya hubiera conseguido el objetivo, como si el proyecto hubiera sido ya un éxito, y preguntarnos ¿esto es lo que buscábamos, lo que queríamos alcanzar? ¿estamos en condiciones de alcanzarlo?
  • Una vez que la visión está claramente establecida, los esfuerzos deben ir orientados a la involucración de las personas que deben contribuir a su consecución, tanto si es un equipo como si es toda la organización.
  • Para ello, es importante no solo comunicar, sino también mantener una actitud abierta para poder completar la visión con las aportaciones de otros miembros, de manera que sin sacrificar la visión global inicial, sea viable, al contar con el compromiso de personas cuyo punto de vista difiera en algo de esta visión inicial, dado que la visión no se debe imponer: para que sea compartida debe ser dialogada.
  • Otro aspecto que puede ser determinante para el logro de la visión es prestar mucha atención a las relaciones interpersonales. Conviene mantener al grupo comprometido y conectado, haciendo suyo el proyecto, de tal manera que todo el equipo (o todo el departamento, o toda la compañía, según sea el caso) se sienta vinculado con un objetivo común, más amplio y por encima de los objetivos individuales. El equipo debe sentir que sus opiniones son tenidas en cuenta y que están contribuyendo a un fin relevante.

En resumen, la visión, para ser compartida, requiere que esté claramente definida, que se haya declarado y comunicado a todas las personas que deben colaborar para su consecución, que no sea impuesta, sino que se haya buscado el compromiso, recogiendo y reflejando la opiniones de quienes deben compartirla, estimulando el talento para orientarlo hacia el objetivo común. Este objetivo común debe impregnar a toda la organización, y ser coherente con los valores de la misma.

 

 

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