¿Puede la técnica del Mindfulness o atención plena ayudarnos a empezar bien el día? Parece ser que sí. Para ello, hay que desechar algunos (malos) hábitos, como hacer varias cosas al mismo tiempo, por ejemplo, preparar el desayuno mientras se consulta el correo electrónico o se empieza a repasar mentalmente todas las tareas del día.
Aunque pueda parecer que así estamos siendo muy ‘eficientes’ el resultado es todo lo contrario: más estrés y desconcentración, y la sensación de cansancio por haber hecho muchas cosas antes de que la jornada laboral haya comenzado.
Frente a este tipo de comportamientos, el Mindfulness –también conocido como técnica de atención plena o de conciencia plena– predica que es mejor prestar atención a cada momento a cada pensamiento, emoción y sensación corporal, así como al ambiente que nos rodea. De ese modo, se elimina el ‘ruido’ y el cerebro es capaz de centrarse en percibir plenamente cada momento, en lugar de someterse a pensamientos recurrentes y casi automáticos sobre el pasado o el futuro.
En las empresas y también entre los trabajadores, el Mindfulness es una práctica cada vez más popular ya que ayuda a disminuir los niveles de estrés y poca concentración y, en consecuencia, mejora la productividad y el nivel del trabajo realizado, así como la calidad de vida de las personas.
¡Empezar el día con ejercicios Mindfulness es posible!
La pregunta que muchas personas se hacen es ¿cuánto tiempo y qué medios necesito para realizar esta práctica? El método Intimind, capaz de entrenar a las personas en Mindfulness a través del teléfono móvil, ofrece ejercicios para sumarse a esta práctica a través de gestos cotidianos.
Esto es posible gracias a lo que denominan práctica informal del Mindfulness, que es aquella que se realiza “cuando, en nuestra vida cotidiana, estamos presentes: cuando comes comiendo, saludas saludando y andas andando. Cuando estás en lo que hay que estar, viviendo el presente en lugar de llenarlo de ruido mental, de constante autocrítica y ansiedad”.
El Mindfulness, sin embargo, también se puede realizar a través de lo que denominan práctica formal, que es aquella que las personas realizan en quietud, bien sentadas o tumbadas. Consiste en parar unos minutos, calmar el cuerpo y la mente con la respiración y observar. Mediante la práctica formal “aprendemos a reconocer los pensamientos y emociones que conforman nuestra experiencia vital. Reconocemos esos fenómenos como transitorios y los dejamos pasar. No los expulsamos ni los apartamos. Permitimos que desaparezcan y nos rendimos a la realidad: todo es impermanente”, explican desde Intimind.
Tres ejercicios para empezar la mañana
Según este método, se puede empezar el día practicando Mindfulness con tres sencillos ejercicios:
Ejercicio 1 de Mindfulness: Emerger del sueño
Antes de levantarte, aún tumbado en la cama, date unos segundos para estar presente ‘aquí y ahora’. Preguntante, cómo has dormido y cómo estás y toma conciencia de ello, o bien siente que estás amaneciendo en un nuevo día y concéntrate en las sensaciones físicas que eso te produce.
Ejercicio 2 de Mindfulness: Ducharse con atención plena
La ducha matutina también es una buena oportunidad para la práctica informal del Mindfulness. Hacerlo es sencillo: aprecia el tacto del agua; ¿qué sensaciones te produce? Sé consciente de los cambios de temperatura, el olor del jabón, el tacto de la esponja…
Ejercicio 3 de Mindfulness: Cepíllate atento a tus sensaciones
El cuero cabelludo tiene muchas terminaciones nerviosas. ¡Concéntrate! Seguro que el acto de peinarte provoca sensaciones en tu cabeza. ¿Eres consciente de sientes al cambiar la dirección del pelo, o cómo son los movimientos de los brazos mientras te cepillas?
Otro ejercicio muy parecido es el de cepillarse los dientes. Recuerda que estarás practicando Mindfulness si te concentras en la mano, el cepillo, la pasta y las sensaciones que te produce en las distintas partes de la boca.
Así puedes comenzar el día, pero la mañana es muy larga y también hay otros ejercicios que se pueden practicar:
- Un desayuno consciente. Cualquier comida o bebida a lo largo del día te puede ayudar a la práctica informal del Mindfulness. Basta con hacer un recorrido consciente de tus sentidos, concentrarse en cómo se prepara la comida (por ejemplo, escuchando los ruidos que hace la cafetera al preparar al café y deleitándose con el aroma) y en percibir las sensaciones que provoca coger la taza, dar sorbos a la bebida, etc.
- Moverse para ‘conectar’ con el cuerpo. Si tienes oportunidad de realizar ejercicio físico al comenzar el día, también puedes practicar Desde Intimind recomiendan poner la atención a tres aspectos: la respiración, las posturas que adoptas y los movimientos que haces, momento a momento.