En un momento en el que el sector hotelero español goza de muy buena salud, conviene apostar por la gestión energética, las energías renovables y la eficiencia energética. De ese modo, continuará siendo un sector competitivo a largo plazo -generalmente, la inversión realizada se compensa con los ahorros energéticos-, lo que tendrá un efecto muy positivo sobre la economía de nuestro país, y, además, lo hará reduciendo su impacto ambiental.
Con este espíritu ha visto la luz la segunda edición de la Guía de Gestión Energética en el Sector Hotelero, editada por la Consejería de Economía, Empleo y Hacienda a través de la Dirección General de Industria, Energía y Minas, junto con la Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid. Un documento que pretende ser una herramienta útil para que empresarios y profesionales del sector hotelero dispongan de información actualizada sobre los últimos avances tecnológicos en eficiencia energética, a fin de mejorar la competitividad del sector.
En opinión de Francisco Javier Abajo Dávila, director general de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid, la evolución de la industria hotelera está íntimamente relacionada con la capacidad del sector para identificar las posibilidades de mejora en la gestión energética.
Para los establecimientos hoteleros, el gasto energético es el segundo más importante. Por tanto hay que animarles a que no solo realicen “un control riguroso de su consumo de energía y agua, sino que comiencen a aplicar las nuevas tecnologías de optimización energética existentes en el mercado y cuyos costes se vean rápidamente amortizados”, explica Francisco Javier Abajo Dávila en el prólogo de esta guía.
Gestión energética y confort
El año 2016 fue un buen ejercicio para el turismo español ya que se batieron récords en cuanto al número de turistas que visitaron el país. Además, creció la ocupación y la inversión hotelera volvió a estar por encima de los 2.000 millones de euros.
Pero una actividad tan frenética también requiere de un gran gasto energético, ya que los clientes esperan que los establecimientos hoteleros en los que se alojan les proporcionen niveles óptimos de confort.
Apostar por la gestión energética y la eficiencia en el sector hotelero es, por tanto, un factor importante para mejorar en competitividad. Pero, ¿cómo lograrlo?
“Para actuar correctamente será necesario evaluar bien todas las variables para así determinar a través de cuáles se tendrá mayor eficacia. El ahorro energético que podemos conseguir con una buena combinación de actuaciones ayudará a incrementar la rentabilidad, además de conseguir una mejora a efectos medioambientales”, afirma el director general de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid.
Estos son algunos de los aspectos destacados de la guía respecto a las instalaciones térmicas:
Climatización y calefacción
Un buen establecimiento hotelero no podrá ser competitivo sin un sistema de climatización adecuado, al que se realicen las operaciones necesarias de mantenimiento, que proporcione la calidad ambiental que demandan ya algunos clientes.
En el capítulo 4 de la guía, escrito por Enrique Gómez Pascual, product manager de Sistemas y Servicio de Carrier España, se destacan varios aspectos clave que suelen ser considerados por la dirección o propiedad de un hotel cuando se evalúa un sistema de climatización.
Según este experto la satisfacción de los usuarios es fundamental. También lo es la continuidad operativa de las instalaciones, así como la facilidad del servicio y de las labores de mantenimiento. Y, por supuesto, la eficiencia energética del sistema de climatización, así como que se trate de un sistema “de bajo impacto medioambiental y no condicionado por restricciones normativas”.
Respecto al sistema de calefacción, en el capítulo 5 de la guía, elaborado por Manuel Ruiz, responsable de formación y soporte técnico de Robert Bosch España, destaca que, en los establecimientos hoteleros, es frecuente obtener agua caliente sanitaria (ACS) y calefacción mediante una caldera centralizada de gas o de gasóleo que da servicio a todo el hotel a través de radiadores instalados o mediante fan coils que además de disipar el calor dan servicio de refrigeración por medio de su correspondiente enfriadora también instalada.
Por ello, este experto ha decidido centrar su artículo en la tecnología de condensación, que aplicada a sistemas de calefacción y ACS, y apoyada por la generación de energía solar, “supone un fuerte compromiso medioambiental al neutralizar los efectos del calentamiento global del planeta por concentraciones de dióxido de carbono atmosféricas”.
Energía solar térmica y ahorro energético
El capítulo 7 de la guía, escrito por Mónica López Montoya, responsable técnico de Producto Solar de Viessmann, recuerda que el sector de calefacción es el mayor consumidor de energía, por tanto, “una de las principales contribuciones al ahorro y la reducción de dióxido de carbono podrá realizarse mediante el uso de innovadoras y eficientes tecnologías de calefacción”.
Y añade que, independientemente de si se obtiene servicio de calefacción mediante una caldera de condensación, una bomba de calor, etc. “el suplemento ideal es un sistema de energía solar térmica para la producción de ACS y apoyo a la calefacción”.
Gracias al Sol, se puede reducir el volumen de combustible fósil que necesita un hotel para obtener las mismas prestaciones: suministro de ACS, calefacción, etc. Para lograrlo, “la integración de los sistemas solares térmicos requiere un conocimiento previo de los componentes para lograr el rendimiento óptimo, manteniendo los costes bajo control”.
Información extraída de la Guía de Gestión Energética en el Sector Hotelero, disponible online (a fecha de publicación de este artículo, 5 de junio de 2017) a través de la web fenercom.com