En ocasiones, a pesar de que tenemos unas instalaciones productoras de energía en buenas condiciones y que funcionan correctamente, seguimos notando que la temperatura de nuestra vivienda no es la que nos gustaría, o lo que es peor, tenemos hasta corrientes de aire.
La respuesta a este problema muchas veces está en el aislamiento. Un mal aislamiento es un problema bastante común y que dificulta alcanzar el confort que se quiere en la vivienda, aún cuando nuestras instalaciones son eficientes desde el punto de vista energético y técnico.
La Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid (Fenercom) ha elaborado una guía sobre aislamiento donde explican propiedades y tipos de aislamientos, su relación con la eficiencia energética, así como recomendaciones en función del material y el emplazamiento.
En su introducción, la guía explica: “Es evidente que cuando una persona se desea proteger de las inclemencias del tiempo recurre a abrigarse, en primera instancia. Esto supone que en el caso de los edificios, para conseguir unas condiciones de confort en el interior adecuadas, se deba conseguir con la citada envolvente térmica unas características aislantes determinadas. De no conseguirse esas condiciones de aislamiento térmico, la demanda de energía será mayor que en el caso contrario, lo que supondrá un gasto anual importante”
Esta guía puede descargarse en www.fenercom.com