Si hacemos un balance del año 2014, podríamos decir que en los últimos tiempos el sector de los servicios energéticos está viviendo una situación un tanto “bipolar”. Por un lado, continuamos notando los efectos de la crisis que afecta a la economía de nuestro país, lo que para las Empresas de Servicios Energéticos (ESEs) se traduce en falta de negocio, carencia de financiación y, en definitiva, en que no se llega a generar un arranque definitivo de la actividad porque no se ha producido una mejora palpable del mercado.
Por otro lado, esta situación coexiste con una perspectiva verdaderamente ilusionante: en España existe un gran margen de aplicación de medidas de eficiencia energética. Son medidas que el país necesita no solo para cumplir con los objetivos fijados por la Unión Europea, sino también para disminuir la gran dependencia energética que nuestro país tiene con el exterior. Según datos recogidos por el Informe GTR 2014. Estrategia para la rehabilitación. Claves para transformar el sector de la edificación en España, nuestro país gasta 60.000 millones de euros en energía primaria al año. Una tercera parte de esa energía se usa dentro de sus edificios.
Para disminuir el gasto energético del país y mejorar en eficiencia energética, un buen ejemplo a seguir son las medidas de individualización del consumo puestas en marcha por Gobierno, en cumplimiento de la Directiva 2012/27/UE relativa a eficiencia energética, y que afectan al sector residencial. De modo que antes del 31 de diciembre de 2016 será obligatoria la instalación de contadores de consumo individuales que midan el consumo de calor, refrigeración o agua caliente de cada unidad, siempre que sea técnicamente viable y rentable.
En este proceso de adaptación a esta nueva norma y a otras que están por llegar, la sociedad necesitará de Empresas de Servicios Energéticos bien preparadas, que asesoren debidamente y que ayuden a implementar medidas de eficiencia energética efectivas, que realmente contribuyan a reducir la dependencia energética del país.
Sin embargo, para que este escenario sea posible es fundamental que el sector de las ESEs pueda acceder con fluidez a la financiación por parte de las entidades financieras y que además pueda contar con el apoyo de entidades públicas a través de créditos y subvenciones.
En el caso de los organismos públicos, tan importante como el apoyo económico es que utilicen sus recursos para fomentar actuaciones de eficiencia energética concretas y cuantificables, que vayan más allá de la mera sustitución de elementos de una parte de la instalación, como el cambio de una caldera a otra más eficiente.
Para que las medidas de eficiencia energética sean eficaces y contribuyan realmente a disminuir la dependencia de nuestro país, deben ser actuaciones integrales. De nada sirve cambiar a una caldera más eficiente si no se lleva a cabo una gestión energética de la instalación; una gestión que solo será eficaz si se hace de la mano de expertos que asesoren y aconsejen en función de las particularidades de cada caso en concreto, así como estableciendo compromisos creíbles y garantizados entre los clientes y su empresa de servicios energéticos.
En Remica estamos implicados en todo este proceso. Nuestra empresa está comprometida en dar respuesta tanto a las necesidades de nuestros clientes como del sector, participando en los principales foros y asociaciones empresariales.
Nuestra inversión en I+D, así como la formación técnica de nuestro personal y de nuestros asociados fundamentan nuestra actividad. En Remica vemos el futuro con optimismo, ya que en el 2014 (a falta del cierre definitivo del ejercicio) nuestras previsiones son que obtendremos un aumento de mercado del 11%, con lo que mantenemos la tendencia de crecimiento de los últimos años.