En los últimos años las calderas de calefacción central han sufrido una gran evolución tecnológica.
Esta evolución se ha debido a múltiples factores, como la incorporación de elementos regulación y control que aportan mejoras de eficiencia importantes gracias a la posibilidad de ajustar el suministro de energía a las verdaderas necesidades de la instalación, con la capacidad de modular y optimizar el consumo de combustible.
Aquellas comunidades que se estén preparando para sustituir su vieja caldera de calefacción central, ¿en qué aspectos técnicos deben fijarse?
Nivel de eficiencia y potencia
Obviamente a nivel de eficiencia y ahorro, el rendimiento de la caldera es un aspecto clave a la hora de seleccionar el tipo de caldera.
Además, las calderas deben ajustarse a la potencia necesaria para satisfacer las necesidades del edificio (potencia instalada en equipos terminales tales como radiadores, usos de agua caliente sanitaria, etc.).
Pero, al mismo tiempo, es importante que las calderas no estén sobredimensionadas para evitar continuas paradas y arranques con la consecuente pérdida de eficiencia energética.
Capacidad de modulación
Por otro lado, para evitar paradas y arranques continuos, es importante la capacidad de modulación para ajustar la potencia entregada a la demanda real del edificio en cada momento.
Conviene fijarse en la capacidad de modulación del quemador y, siempre que se pueda, optar por instalar varias calderas de menor potencia que una sola de gran potencia.
Servicio posventa de calderas de calefacción central
La fiabilidad, la facilidad de mantenimiento y la agilidad del servicio postventa son otros aspectos que las empresas instaladoras deben tener en cuenta a la hora de seleccionar los equipos a instalar.
Algunas Empresas de Servicios Energéticos como Remica ofrecen a sus clientes garantía total de materiales y mano de obra por periodos que pueden sobrepasar los diez años.
Compatibilidad con las nuevas tecnologías
Hoy en día, al margen de los propios equipos de combustión, la central de regulación y control, integrada en el equipo o de forma independiente, se convierte en un elemento imprescindible de toda instalación de alta eficiencia.
Estos sistemas ya son compatibles con las nuevas tecnologías y la domótica del edificio pudiendo gobernarse desde cualquier terminal informático, un teléfono móvil, un asistente de voz o a través de la combinación de termostatos inteligentes, lo que hace que la experiencia de usuario sea más satisfactoria incorporando a la eficiencia energética el vector imprescindible del confort.
Además de pensar en el tipo de caldera, apostar por el mantenimiento y la gestión energética
Un buen servicio de mantenimiento preventivo y correctivo es fundamental para evitar averías y falta de servicio, pero en instalaciones comunitarias de gran tamaño debería complementarse con una optimización y gestión energética basada en una monitorización, control de consumos y análisis de ratios de eficiencia.
Con el mantenimiento tradicional, puede funcionar el sistema de calefacción y no producirse averías. Sin embargo, no se controlan las ineficiencias energéticas, es decir, no hay garantías de que el sistema no consuma más energía de la necesaria para prestar el servicio y confort requerido.
Este sobrecoste lo asumen los propietarios de las instalaciones, que muchas veces ni siquiera son conscientes de ello. En cambio, con la gestión energética, es posible detectar estas ineficiencias y ofrecer el máximo confort que las personas necesitan sin que se produzca un derroche de energía. Además, al facturar por energía útil, son las Empresas de Servicios Energéticos las que asumen el riesgo de la ineficiencia de los equipos, lo que garantiza en mayor medida la continua optimización y control de la instalación.
¿Llega la hora de renovar la sala de calderas y deseáis asesoramiento sin compromiso? En Remica llevamos más de treinta años dedicados al diseño, reforma y mantenimiento de instalaciones térmicas. Llámanos al teléfono 91 396 03 03 o, si lo prefieres, escríbenos a través de este formulario.