Muchos edificios de viviendas con calefacción centralizada han decidido optar por la calefacción central individual. Mediante la instalación de válvulas termostáticas en los radiadores, cada vecino puede regular la temperatura de su hogar en función de sus necesidades. Además, a través de la colocación de contadores o repartidores de costes cada vecino paga por la energía que consume.
¿Qué son los contadores individuales de calefacción central?
En aquellos edificios residenciales donde los vecinos hayan querido adoptar un modelo de calefacción central individual, pueden contabilizar el consumo de cada vivienda a través de dos sistemas: contadores o repartidores de coste.
Elegir uno u otro no depende de gustos, sino de cómo esté configurada la red de distribución del sistema de calefacción:
Calefacción central con distribución en anillo
En este tipo de instalaciones, las tuberías generales de distribución están dispuestas por plantas. En cada vivienda existe un circuito de calefacción independiente que conecta todos los radiadores y a su vez está conectado con la general del edificio.
Debido a esta configuración, la medición del consumo debe realizarse mediante un contador de energía, el cual tiene un único punto de entrada y de salida y recorre los radiadores de cada vivienda.
Calefacción central con distribución en columnas
En los edificios con una red de distribución del sistema de calefacción en columnas, las tuberías generales de distribución están configuradas por columnas verticales, que de abajo a arriba conectan los radiadores del edificio sin existir unión entre los distintos radiadores de la vivienda.
El consumo en este caso se obtiene con repartidores de costes, instalados en cada radiador, que realizan una estimación de la cantidad de energía que emite cada radiador.
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¿Son obligatorios los contadores individuales?
En edificios de nueva construcción, es obligatorio actualmente que cada usuario disponga de un contador de energía.
En cuanto a los edificios existentes, el artículo 9 de la Directiva 2012/27/UE impone varias obligaciones relacionadas con la contabilización individualizada de consumos de energía, entre ellas la relativa a la energía térmica de los sistemas de calefacción centralizados. Se pretende que el consumidor tenga derecho a pagar en función de lo que gasta y a conocer su consumo de manera periódica para poder adecuar el uso que hace de la energía.
A fecha de publicación de este artículo (5 de diciembre de 2016) no se había transpuesto a la legislación española el artículo 9 de la Directiva 2012/27/UE, a pesar de que debería haberse hecho en junio de 2014. De aprobarse, quedaría regulado por ley el derecho al reparto de gastos de calefacción centralizada de manera individualizada.
¡Descubre las ventajas de la calefacción central individualizada!
Aunque todavía no sea obligatorio, optar por transformar la instalación de calefacción central en individualizada tiene múltiples ventajas:
- Se evita el despilfarro energético. Tradicionalmente, en muchos edificios con sistema de calefacción central los vecinos no podían regular la temperatura en función de sus necesidades. Con la calefacción central individualizada, y gracias a la colocación de válvulas termostáticas en los radiadores, ya es posible hacerlo. Así, por ejemplo, cuando los habitantes de las viviendas vayan a pasar un periodo prolongado fuera de sus hogares, pueden cerrar totalmente los radiadores. Con ello se termina con el despilfarro energético y con el consumo innecesario de calefacción.
- Cada vecino paga por la calefacción que consume. Siguiendo el ejemplo anterior, en el que los habitantes pasarán un tiempo prolongado fuera de sus viviendas. Gracias a los contadores o a los repartidores de coste, que estiman el consumo realizado, no pagarán un céntimo más de la energía que consumen.
- Se terminan con las disputas en la comunidad. Con el antiguo sistema de calefacción comunitaria, todos los vecinos pagaban proporcionalmente en función de criterios como los metros cuadrados de sus viviendas. Ahora, con el nuevo sistema de contadores o repartidores de costes, que es una manera objetiva de estimar el consumo energético realizado por cada vivienda, pagan en función del consumo que realizan.
- El edificio de viviendas se vuelve más ecológico. Al disponer cada habitante del consumo energético que mejor se ajusta a sus necesidades, se reduce el despilfarro energético. A menos energía consumida, menos emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
- Contribuye a cumplir con los objetivos internacionales. Entre los objetivos fijados por la Unión Europea figura la necesidad de mejorar la eficiencia energética en un 20% en el conjunto de los países de la Unión. Los sistemas de calefacción central individual son uno de los instrumentos que pueden contribuir a lograrlo en el sector residencial que, actualmente, es uno de los grandes consumidores de energía en nuestro país.
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