Entre algunos de los fenómenos que se producen en las empresas es frecuente escuchar hablar de absentismo laboral, una práctica que podría ser definida como “ausencia o abandono del puesto de trabajo y de los deberes ajenos al mismo, incumpliendo las condiciones establecidas en el contrato de trabajo”.

Frente a este fenómeno, también se produce otro  fenómeno llamado “presentismo”, que quizá es menos conocido pero que también influye en el rendimiento de los trabajadores. El presentismo podría definirse como “estar presente en el puesto de trabajo dedicando ese tiempo a asuntos no relacionados con el objeto de trabajo”, es decir, que la persona resulta poco o nada productiva en ciertos momentos de su jornada laboral.

¿Por qué se produce?

Datos recogidos por la Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios muestran que, a pesar de que en España los trabajadores pasan más horas en la oficina que la media europea, esta situación no se traduce en un aumento de la productividad de las compañías.

Algunos expertos advierten de que existe todavía en nuestro país una especie de “cultura presentista” por la cual los trabajadores pasan más horas de las necesarias en la oficina, ya que esto genera una percepción positiva por parte de sus superiores.

Sin embargo, esta práctica no aumenta la eficacia del trabajo realizado. Muy al contrario, los largos horarios laborales españoles aumentan el riesgo de siniestralidad laboral porque los trabajadores no duermen lo suficiente y además dificultan la conciliación laboral y familiar, lo que, entre otros fenómenos, genera baja natalidad por falta de atención a la pareja, y fomenta el aumento del fracaso escolar debido a que los niños pasan poco tiempo con sus padres.

¿Qué comportamientos se consideran presentismo laboral?

Según la Encuesta sobre Presentismo Laboral en España elaborada por Adecco, el 46 por ciento de las empresas españolas admite que en sus plantillas se han detectado prácticas de presentismo laboral, algunas de las más frecuentes son:

– La utilización de Internet, el email, y las redes sociales para asuntos personales en horas de trabajo.

– Incorporarse al trabajo más tarde o finalizar antes de tiempo.

– Ausencias para ir a fumar, ir a tomar café, desayunar o almorzar.

– Ausencias breves y repetitivas por otros motivos.

Sin embargo, la encuesta también muestra que la mayoría de los trabajadores presentistas (el 66%) se comporta de manera responsable y compensa por iniciativa propia las horas empleadas en otras tareas quedándose más tiempo. Una práctica que sucede incluso en aquellas compañías que no disponen de flexibilidad horaria por iniciativa propia del trabajador.

¿Cómo reaccionan muchas empresas?

Algunos de los métodos de control que aplican las empresas para terminar con este fenómeno se basan en la monitorización y control del trabajo de la plantilla:

– La mayoría de las empresas (92 por ciento) emplea métodos de control del horario de entrada y de salida.

– Otras empresas restringen el uso de Internet y del correo electrónico.

– Hay compañías que apagan las luces a una hora determinada.

– Varias empresas establecen una hora límite para las reuniones.

¿Se puede terminar con el presentismo?

Sin embargo, varios expertos apuntan que medidas de control como las expuestas anteriormente enrarecen el clima laboral y a la larga no mejoran los resultados, ya que no terminan de solventar el problema de fondo. Por ello, apuestan por la motivación como forma para movilizar a las personas y, en consecuencia, de mejorar la productividad.

Facilitar el aprendizaje dentro del entorno laboral, fomentar la conciliación laboral, una retribución justa en función del trabajo desempeñado y otorgar otros beneficios sociales tales como un seguro sanitario o servicios de transporte son algunas de las medidas que ponen en práctica empresas como “Google”, que aparecen en las primeras posiciones de los rankings de “empresas con trabajadores más felices”.

Para fomentar la motivación de los trabajadores, muchos expertos coinciden en afirmar que lo más recomendable es fomentar la libertad y flexibilidad laboral.

De hecho, a los autores de la encuesta de Adecco les resulta llamativo que “sean precisamente las prácticas de flexibilidad horaria, las que destacan por su ausencia o escasa aplicación” en la lucha contra el presentismo laboral. Y es que el 19% de las empresas consultadas no ofrece ninguna medida de flexibilidad horaria a sus empleados. Aunque el 81% sí lo hace, sólo el 16% las aplica a todos sus trabajadores. Lo más habitual (ocurre en 1 de cada 3 empresas) es que menos del 10% de la plantilla pueda beneficiarse de esa flexibilidad en los horarios de trabajo.

En Remica, conscientes de la importancia de nuestros colaboradores para lograr los objetivos de la compañía, hace ya mucho tiempo que hemos lanzado un programa de teletrabajo. Poco a poco avanzamos más en este aspecto, ya que tratamos de acercarlo al mayor número de empleados/as y promocionarlo por los beneficios que supone.

Nuestro programa de teletrabajo contempla varias opciones, desde teletrabajo mensual, hasta semanal y diario. En todos los casos, son necesarias unas horas de presencia en la oficina, para evitar que se produzca uno de los riesgos de este sistema: la “desvinculación” de la organización, que puede hacer sentir a los trabajadores que se encuentran solos y sin asistencia en sus quehaceres diarios.