Comunidades de propietarios, edificios públicos, oficinas… muchos de ellos tienen instalaciones térmicas centralizadas –que dan servicio a todo el edificio– para refrescar el aire interior. Son equipos que proporcionan el aire que es respirado por las personas que ocupan el edificio; algo perfectamente seguro para la salud de las personas “siempre que se realice una limpieza periódica y mantenimiento”, advierten los expertos de Remica Servicios Energéticos.
De lo contrario, no solo el funcionamiento de los equipos se puede ver afectado, sino que también se corre el riesgo de transmisión de la bacteria legionela, especialmente en los meses más cálidos.
1. Prevenir es el mejor antídoto contra la legionela
Con el fin de que las instalaciones térmicas no representen un riesgo para la salud pública, en las torres de refrigeración y condensadores evaporativos debe realizarse:
- Programas de mantenimiento periódico contra la legionela.
- Aplicar mejoras estructurales y funcionales de las instalaciones, si fuera necesario.
- Realizar un control periódico de la calidad microbiológica y físico-química del agua.
2. La limpieza y desinfección son imprescindibles
En general se recomienda que los tratamientos de limpieza y desinfección, con independencia del tipo de funcionamiento de las torres de refrigeración, se realicen al menos dos veces al año repartidos a lo largo del periodo de funcionamiento de la torre.
Además, se debe realizar un tratamiento de limpieza y desinfección en aquellas instalaciones que se pongan en marcha por primera vez, tras una parada superior a un mes, o después de una reparación o modificación estructural, cuando una revisión general así lo aconseje y cuando lo determine la autoridad sanitaria. Y es que, el hecho de que la instalación haya estado parada durante cierto periodo de tiempo aumenta las posibilidades de que la bacteria legionela se multiplique.
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3. Hay que contar con un responsable técnico
El responsable técnico de la empresa que realiza mantenimiento higiénico-sanitario de la instalación juega un papel de gran importancia. Según el Real Decreto 830/2010, de 25 de junio –que establece la normativa reguladora de la capacitación- esta figura profesional es responsable de elaborar el diagónostico de situación, así como de planificar y evaluar el programa de control de la instalación conforme a lo establecido en la Guía para Prevención y control de la Legionelosis.
Sin embargo, conviene saber que, la legislación vigente considera que el propietario es el responsable de que la instalación cumpla con todas las condiciones para evitar la transmisión de la legionela. Es decir, que si la empresa que realiza el mantenimiento higiénico-sanitario no lo hace de forma adecuada, las sanciones recaerán sobre el propietario de la instalación.
4. ¡Es necesario documentar todas las actuaciones!
Para evitar riesgos para la salud humana y evitar sanciones, todas las acciones preventivas llevadas a cabo en la instalación deben documentarse. Así se estipula en el Real Decreto 865/2003 de 4 de julio, que es la norma que regula las medidas higiénico-sanitarias que se han de adoptar en aquellas instalaciones en las que la legionela es capaz de proliferar y diseminarse.
Actualmente, desde la Administración han endurecido las multas para aquellas instalaciones incumplidoras con el RD 865/2003.
5. Mejor contratar un servicio integral
Como hemos mencionado antes, aunque se decidan contratar los servicios de una empresa que se ocupe de realizar el mantenimiento de las torres de refrigeración y condensadores evaporativos, el propietario de la instalación es el responsable de cumplir con todas las condiciones que estipula la ley para evitar la transmisión de la legionela. De no hacerlo, las sanciones recaerán sobre él si se incurre en algún incumplimiento.
De ahí, que la recomendación es contar con una empresa de confianza, capaz de asumir una gestión integral de la instalación; que implante y que se ocupe de los programas de mantenimiento y las incidencias mecánicas, y que también se ocupe del mantenimiento sanitario (limpiezas y desinfecciones).
Sabías que….
- La legionela es una bacteria ambiental capaz de sobrevivir en un amplio intervalo de condiciones físico-químicas, multiplicándose entre 20 ºC y 45 ºC, destruyéndose a 70 ºC.
- Su temperatura óptima de crecimiento es 35-37 ºC. Su nicho ecológico natural son las aguas superficiales, como lagos, ríos, estanques, formando parte de su flora bacteriana. Desde estos reservorios naturales la bacteria puede colonizar los sistemas de abastecimiento de las ciudades y, a través de la red de distribución de agua, se incorpora a los sistemas de agua sanitaria (fría o caliente) u otros sistemas que requieren agua para su funcionamiento como las torres de refrigeración.
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