Según un estudio del Departamento de Análisis de Bankinter, la previsión de volumen de desempleo para España en 2016, es que la tasa de paro de la Encuesta de Población Activa (EPA) acabe el ejercicio alrededor del 19,1%. Si se cambia a un escenario pesimista, prevén un 21,1% y en un escenario optimista, un 17,1% de desempleados.
Para 2017, la previsión de desempleo para España, según esta misma fuente, es de un descenso más pronunciado, hasta el 17,5% en un escenario central, que podría alargarse hasta el 15,5% en uno optimista o frenarse al 19,5% en uno pesimista. Las previsiones del Gobierno apuntan a una tasa de desempleo del 16,6% a finales de 2017, la más baja desde 2008. Los datos del Banco de España, menos optimistas, apuntan a una tasa del 17,3% en 2018.
Lo cierto es que todavía quedan muchas incertidumbres, tales como la estabilidad del nuevo gobierno que inicia ahora su andadura, o las consecuencias del Brexit entre otras, pero lo cierto es que, afortunadamente, nos alejamos ya de los niveles de paro experimentados en los últimos años, tan duros para el empleo en nuestro país, y por primera vez en 6 años el volumen de desempleados bajará del 20% a cierre del tercer trimestre del año, con una previsión de creación de empleo de unos 250.000 nuevos puestos en el último trimestre, según publica el diario económico Cinco Días.
Estos datos nos animan a preguntarnos cuáles serán los sectores en que más demanda de profesionales habrá: Tecnología, Turismo y Sanidad se perfilan como las áreas en las que más empleo se creará, en opinión de Cinco Días. Juan Manuel Rueda, director de Organización y Recursos Humanos en Telefónica Audiovisual Digital, vaticina que la mitad de los puestos de trabajo que se generen dentro de diez años surgirán en torno a empleos que hoy ni siquiera existen.
Los perfiles más demandados tendrán que ver con la era digital, tales como expertos en big data, integración de sistemas, especialistas en redes sociales, marketing digital, etc. También las profesiones relacionadas con el turismo y el ocio pueden experimentar una demanda importante de profesionales, ya que cada año España recibe un mayor número de turistas, y esta tendencia previsiblemente se mantendrá en el futuro. El incremento de puestos en Sanidad y Servicios Sociales viene de la mano de la mayor longevidad y mantenimiento de la salud y el bienestar.
Por último, merece mención especial el sector de la Energía, al que pertenece Remica. La energía se convierte en un sector clave, que afronta en la actualidad una transición hacia formas de explotación que respeten el cuidado medioambiental. Este sector, por tanto, será otro de los que generen empleo en los próximos años.
De todo lo dicho hasta ahora se puede concluir que estudiar cualquiera de las disciplinas apuntadas, ya sea al iniciar estudios académicos o reciclándose en el caso de profesionales más maduros, puede ser una baza para obtener y/o mantener un empleo. Y seguramente lo será. Pero los conocimientos de estas materias deberán ir acompañados de competencias comunes a todas ellas, que como siempre sucede desde la perspectiva de Recursos Humanos, serán más actitudinales que aptitudinales.
¿Cuáles serán estas competencias clave?
La colaboración y capacidad de comunicación se convierten en imprescindibles, en una modalidad de trabajo que en muchos casos pasará por el trabajo en remoto, abarcará diferentes departamentos y en muchos casos implicará la cooperación entre profesionales de diferentes países.
La flexibilidad y la capacidad de aprendizaje serán también competencias necesarias, ya que el cambio permanente está garantizado y, por tanto, la capacidad de aprender nuevas materias y adaptarse a nuevas modalidades de trabajo será vital para mantener la empleabilidad.
Por último, queremos hacer mención al emprendimiento y el intraemprendimiento. En el primer caso, se trata de tener la capacidad para crear el propio puesto, asumiendo riesgos pero teniendo a su vez la oportunidad llevar a cabo la propia visión; en el caso del intraemprendimiento, desarrollando la capacidad de crear valor dentro de la propia organización, proponiendo nuevas líneas de trabajo y mejora de procesos.
El marco de empleo mejora; nos toca a los profesionales, ahora como antes, seguir trabajando nuestra empleabilidad, mediante la formación en actividades que serán punteras a medio plazo y el desarrollo constante de nuestras competencias.