La proactividad en el trabajo es una de las cualidades más valoradas en un profesional. Así se desprende del informe Los + Buscados, publicado a principios de 2016 por Spring Professional, consultora de selección de mandos intermedios, medios y directivos, del Grupo Adecco.
El estudio mostraba que los profesionales más cotizados tienen perfiles profesionales muy diferentes, pero que en todos se observaban unas características comunes. Así, las empresas buscan profesionales multidisciplinares y polivalentes, con capacidad analítica y orientación a resultados.
Además, las organizaciones prefieren profesionales que dispongan de visión estratégica, adaptación al cambio y mucha proactividad en el trabajo.
¿Qué es al proactividad en el trabajo?
La proactividad en el trabajo se puede definir como una actitud en la que las personas asumen de manera activa el control de su conducta.
No es de extrañar que en el entorno laboral las personas con un alto índice de proactividad sean muy buscadas, ya que se caracterizan por poder reaccionar ante cualquier circunstancia. Además, lo hace de forma organizada, trazando estrategias y planes para conseguir sus objetivos.
La proactividad en el trabajo implica tener creatividad, actuar en lugar de ver qué pasa, buscar nuevas oportunidades y perseverar.
Los profesionales proactivos no se limitan a cumplir órdenes, ni a aplicar las mismas soluciones una y otra vez a los mismos problemas, sino que son personas ’flexibles’, capaces de adaptarse para superar situaciones nuevas.
Además, una persona proactiva asume el control de sus actos y no culpa a terceros por no haber logrado sus objetivos.
Proactividad en el trabajo VS reactividad
En el lado opuesto a la proactividad se encuentra la reactividad.
Una persona se comporta de manera reactiva en el trabajo cuando se ‘conforma’ con la situación actual sin cambiar lo que no funciona. Este tipo de comportamiento puede conducir a dos tipos de actitud: esperar a que las cosas se solucionen por sí mismas o reaccionar cuando sucede un imprevisto.
Por el contrario, las personas proactivas en su trabajo no esperan a que las cosas cambien, sino que busca continuamente nuevas oportunidades y soluciones a problemas que no se están resolviendo con los procedimientos habituales.
Las organizaciones, cada vez más conscientes de que la suma de las actitudes individuales generan cambios, valoran la inclusión de profesionales proactivos, especialmente en puestos de dirección.
Proactividad en el trabajo y directivos
En un artículo publicado en El Economista por Antonio Núñez Martin, presidente de la Asociación de Alumni de la Harvard Kennedy School, afirma que se espera de los líderes que tengan proactividad, y capacidad para anticiparse a los retos y necesidades que la organización deberá afrontar en el futuro.
En su artículo, Núñez Martin cita a un importante CEO español, quien se decanta por el “liderazgo flexible y adaptable a distintas situaciones y equipos de trabajo, un liderazgo cercano a las personas que disfruta con la consecución de objetivos».
Además de iniciativa, a los directivos proactivos se les atribuyen positividad, empatía, capacidad de motivar a los demás, dotes de comunicación, asertividad, cordialidad y educación. Son profesionales con visión de futuro que no compiten con los demás, sino que sirven de inspiración y de ejemplo para el resto del equipo.
¿Cómo distinguir a los profesionales proactivos de los que no lo son?
Según un estudio realizado por los teóricos Batemant y Crant, en el que entrevistaron a emprendedores y ejecutivos de varias empresas europeas, americanas y asiáticas, los profesionales proactivos en el trabajo se caracterizan por:
- Buscar nuevas oportunidades de forma continua. En un entorno profesional cambiante, los profesionales que practican la proactividad en el trabajo se adaptan a estas nuevas circunstancias, e identifican las nuevas oportunidades que puedan surgir.
- Marcarse objetivos efectivos y alcanzables orientados al cambio. Para que las cosas cambien en las organizaciones, es necesario realizar acciones con un sentido estratégico. De ese modo las personas proactivas cumplen sus objetivos.
- Hacer cosas diferentes (de forma diferente). Aplicar las mismas soluciones a las mismas circunstancias conducen siempre a los mismos resultados. Un profesional proactivo lo entiende y, por ello, busca soluciones creativas para amoldarse a cada necesidad.
- Se anticipan a los problemas. Los profesionales proactivos son conscientes de que no hay que esperar a que algo suceda para ‘reaccionar’. Es mejor anticiparse a los problemas.
- Conseguir resultados tangibles. Los resultados se pueden medir y comprobar. De ese modo se hace patente que las acciones puestas en marcha tienen resultados.
- Se esfuerzan de forma persistente y llevan a cabo la acción. No rendirse a la primera es necesario para lograr los objetivos marcados.