Cada vez más comunidades de propietarios se encuentran ante una elección clave: sustituir su vieja caldera de gasóleo o gas, o apostar por una alternativa más innovadora, eficiente y sostenible como la aerotermia. Lo que en el pasado podía percibirse como una inversión incierta, hoy se ha convertido en una opción segura que aporta ahorro económico, energético y también beneficios para el medio ambiente.
Caso real: ¿renovar la caldera o pasarse a la aerotermia?
Para comprender mejor las diferencias entre ambas opciones, estudiamos un caso reciente que ilustra perfectamente como la aerotermia se ha convertido en una alternativa sostenible.
En un edificio de 37 viviendas en el centro de Madrid, la comunidad valoró dos alternativas:
- Renovar la sala de calderas de gasóleo con una nueva instalación de gas natural, manteniendo el modelo basado en combustibles fósiles.
- Apostar por una solución híbrida con aerotermia, que combina bombas de calor y paneles solares fotovoltaicos, aprovechando la infraestructura existente.
¿Qué suponía cada una de estas alternativas para la comunidad de vecinos? ¿Había derramas por parte de los propietarios? ¿Cuál sería el ahorro esperado? Todas estas fueron las dudas que se plantearon:
Opción 1: Nueva instalación de gas natural
En el caso de hacer una nueva instalación de gas natural en la comunidad, la inversión inicial sería menor, se estaría hablando de un coste de 78.028 €. Eso sí, no se tendría acceso a ayudas ni beneficios fiscales.
El ahorro anual estimado en caso de optar por la nueva instalación de gas natural fue de 10.807 € (un 25 % del gasto actual), con un periodo de amortización de 7,2 años.
Opción 2: Sistema híbrido con aerotermia y fotovoltaica
En el caso de decantarse por un sistema híbrido con aerotermia y energía solar fotovoltaica, la inversión inicial sería bastante superior, alcanzando los 298.912 €, pero con acceso a múltiples incentivos:
- Certificados de Ahorro Energético (CAE): 36.878 €
- Bonificación del IBI (Ayuntamiento de Madrid, 5 años): 37.742 €
- Deducción en el IRPF por rehabilitación energética: 179.347 €
Gracias a estas ayudas, la inversión neta real queda reducida a solo 44.945 €, es decir, por debajo de la opción con gas.
El resultado: un ahorro energético anual de 15.721 € (38 %), con un retorno de la inversión en menos de tres años y un ahorro acumulado de más de 314.000 € en 20 años, todo ello sin emisiones directas de CO₂ y con un mayor confort térmico.
| OPCIÓN 1: GAS NATURAL | OPCIÓN 2: SISTEMA HÍBRIDO | |
| Inversión inicial | 78.028 € | 298.912 € |
| ¿Subvenciones y deducciones? | No | Si, por valor de 253.967 € |
| Inversión inicial después de aplicar subvenciones y deducciones | 78.028 € | 44.945 € |
| Ahorro estimado | 10.807 € | 15.721 € |
| Retorno de la inversión | 7,2 años | 3,5 años |
¿Por qué la aerotermia es la apuesta del futuro?
La aerotermia es una tecnología limpia y renovable que aprovecha la energía contenida en el aire para generar calefacción, refrigeración y agua caliente con un único sistema. Su alto rendimiento (COP de 3 a 5) permite obtener hasta cinco veces más energía de la que consume, reduciendo drásticamente el consumo de gas o gasóleo.
Además de su eficiencia, aporta ventajas claras para las comunidades:
- Calefacción 24 horas con temperatura constante y sin oscilaciones.
- Reducción de emisiones de CO₂, contribuyendo a la descarbonización urbana.
- Mejora de la certificación energética del edificio en hasta dos letras.
- Mayor confort y estabilidad térmica en todas las viviendas.
- Compatibilidad con ayudas y deducciones fiscales que hacen la inversión más accesible.
Optar por la aerotermia es optar por el futuro
Renovar una caldera tradicional puede parecer la opción más sencilla, pero seguir apostando por el gas supone hipotecar el futuro energético de la comunidad.
Gracias al Plan Remica Hybrid Coste Cero, las comunidades pueden dar el paso hacia un sistema híbrido con aerotermia y energía solar fotovoltaica, a coste cero y con financiación a través de CAE y deducciones fiscales.
La experiencia demuestra que la aerotermia no solo es más sostenible, sino también la alternativa más rentable y segura para los próximos años, alineada con los objetivos de descarbonización y con un retorno económico medible desde el primer día.
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