El reparto de costes de calefacción central en comunidades de propietarios es una cuestión que genera muchas preguntas entre los habitantes de muchos edificios residenciales. Hay quienes consideran que pagan mucho y que sus viviendas están demasiado frías; otros opinan que el sistema de reparto de gastos no se ajusta a la realidad de cada vivienda… A través de este post trataremos de despejar dudas sobre los aspectos que influyen en la factura energética.
¿En qué se basa un reparto de costes de calefacción central en comunidades de vecinos?
Cuando en un edificio residencial la fuente de calor es común para todas las viviendas, hay ciertos aspectos que conviene tener en cuenta ya que pueden hacer variar el importe de la factura energética.
El primer aspecto a considerar es que todas las viviendas se benefician de una misma fuente de calor, ubicada en una zona común, que debe cumplir los requisitos estipulados por la normativa vigente. Este sistema de calefacción común da servicio a viviendas que pueden estar en un mismo bloque o en varios. Hay que tener en cuenta que, cuanto más extensa sea la red de calefacción, más pérdidas térmicas puede sufrir.
El segundo aspecto a considerar es que los costes de compra de combustible y del mantenimiento también se deben pagar entre todos los vecinos. Esto presenta la ventaja de que el precio de mantenimiento de una caldera comunitaria suele ser menor que la suma del mantenimiento de calderas individuales. Además, al ser necesario adquirir grandes volúmenes de combustible las comercializadoras suelen ofrecer precios especiales.
El tercer aspecto a considerar es que la duración de la temporada de calefacción (cuándo se realiza el encendido y el apagado) debe acordarse entre todos los vecinos. Que esta temporada sea más o menos corta también influye en que la factura energética en calefacción sea más o menos elevada.
¿A qué tipos de gastos hay que hacer frente?
El reparto de costes de calefacción central en comunidades de propietarios se realiza en base a los siguientes servicios:
- Coste fijo: las instalaciones de calefacción central generan unos gastos fijos, solo por el hecho de dar la posibilidad a cada vecino de poder utilizar esos servicios (independientemente de que luego hagan uso de la calefacción central o no).
- Gastos de combustible: El combustible es uno de los de mayor importancia ya que de su precio depende en gran parte el coste de la factura energética de los vecinos.
- Costes derivados del sistema de energía solar térmica. En los sistemas de ACS y calefacción central, la instalación de paneles de energía solar térmica contribuye a reducir el consumo de combustible para producir agua caliente. Sin embargo, estos sistemas también generan dos costes a tener en cuenta (mantenimiento y consumo eléctrico de las bombas y regulaciones del sistema solar) que se incluyen con los restantes componentes de la instalación.
- Costes de mantenimiento. Las operaciones de mantenimiento preventivo y correctivo deben realizarse por una empresa mantenedora autorizada por el órgano competente de la comunidad autónoma donde se ubique la instalación.
- Gastos de agua y electricidad. En la sala de calderas hay equipos como bombas, quemadores… que necesitan energía eléctrica para funcionar. Además, también se emplea agua fría para el llenado de la instalación.
- Otros gastos. Existen pequeños costes para la comunidad como los gastos de personal que intervienen en el sistema de calefacción central (ej. Portero…), gastos financieros de las cuentas donde se domicilian los recibos, etc.
Ventajas de la individualización
Para realizar un justo reparto de costes de calefacción central en comunidades, la contabilización individualizada de consumos se considera una de las mejoras alternativas.
Según este modelo, la emisión de calor sigue realizándose a través de una caldera comunitaria. Sin embargo, se instalan contadores que permiten determinar cuál ha sido el consumo energético en cada hogar.
En este tipo de instalaciones, cada vecino paga solo por la energía que consume. Para que el sistema funcione adecuadamente, la instalación de contadores o repartidores de coste de calefacción se ha de complementar con la instalación de válvulas termostáticas en los radiadores, que permitan regular la temperatura de cada estancia en función de la temperatura que deseen alcanzar los usuarios.
Habitualmente, las personas que vivían en edificios con un modelo tradicional de reparto de costes de calefacción central -en el que todos los vecinos pagaban una cuota igual o muy similar – a un modelo de calefacción central con contabilización individualizada –en el que cada uno paga según lo que consume– necesitan un tiempo para acostumbrarse.
Un estudio realizado por Remica Servicios Energéticos muestra que durante el segundo año los ahorros energéticos en un sistema de calefacción central individualizada es mejor que el primero. Tras hablar con varios de nuestros clientes, ellos nos confirman que al principio los vecinos les cuesta acostumbrarse a que pueden cerrar o abrir la válvula y regular la temperatura y que ese sencillo gesto influye en su factura energética.
¿Más información? Escríbanos a remica@remica.es