A pesar de que la primavera es el preludio del buen tiempo, a principios de esta estación los sistemas de calefacción todavía permanecen encendidos. ¿Cuándo y cómo debe realizarse el apagado de calefacción central?
Para que el sistema de calefacción funcione a la perfección la temporada siguiente, desde el servicio técnico de Remica, compañía con más de tres décadas de experiencia en el sector, ofrecen varias recomendaciones para que el apagado se realice correctamente y para que, una vez realizado, las instalaciones permanezca en condiciones óptimas.
La Comunidad de Propietarios decide CUÁNDO poner fin a la temporada de calefacción
En el caso de las instalaciones de calefacción central, son las comunidades de propietarios y no la empresa mantenedora quienes deciden hasta qué fecha mantendrán encendida la calefacción y en qué horario.
Por tanto, si debido a la meteorología y a las necesidades del edificio, quieren adelantar o retrasar el apagado definitivo de la instalación bastará con avisar a la empresa mantenedora.
Conviene que sea la empresa mantenedora QUIEN realice el apagado
En algunas salas de calderas, especialmente en las de cierta antigüedad, apagar la caldera consiste en pulsar un interruptor. Esta es una de las razones por las que no es obligatorio, según la normativa actual, que un técnico cualificado se encargue del apagado.
No obstante, lo recomendable es que este proceso lo realice siempre la empresa encargada del mantenimiento de la instalación para garantizar que se ha realizado correctamente.
Hacerlo es muy sencillo en las salas de calderas con sistema de telegestión (sistema que permite monitorizar y cambiar parámetros de la instalación por medios telemáticos), ya que puede avisarse a la empresa mantenedora por teléfono y esta puede cursar la petición casi de manera inmediata, sin que ningún técnico tenga que desplazarse a la instalación.
En cambio, si no se avisa a la empresa mantenedora, se puede dar la circunstancia de que, a pesar de apagar la caldera, no se hayan quitado otros parámetros como horarios, temperaturas, etc., por lo que la instalación continuará en servicio sin que la comunidad lo note hasta que llegue la factura energética.
Es momento de limpiar las calderas
Una duda frecuente en instalaciones de calefacción central es si, una vez que la caldera se apaga, ¿es necesario que el mantenedor continúe haciendo visitas? Según estipula el Reglamento de Instalaciones Térmicas (RITE), cuando la instalación de calefacción central está a pleno rendimiento, las operaciones de mantenimiento deben realizarse, al menos, una vez al mes.
Sin embargo, con la caldera fuera de servicio, estas labores de mantenimiento no son necesarias, aunque sí en cambio se recomienda aprovechar este periodo para limpiar las calderas y que queden listas para la próxima temporada de calefacción.
No es necesario ni recomendable vaciar los circuitos de calefacción
Durante los meses en los que las calefacciones no se encienden, muchas comunidades aprovechan para realizar mejoras, como por ejemplo sustituir radiadores, instalar repartidores y válvulas termostáticas, etc., para lo cual es necesario vaciar de agua el circuito de calefacción.
Aunque las calderas estén paradas, los expertos de Remica recuerdan que no es necesario ni recomendable que el circuito de calefacción permanezca vacío, salvo por causas de fuerza mayor (reparaciones, reformas…) ya que el vaciado genera desajustes y/o problemas en algunas uniones que pueden generar fugas.
Oportunidad para realizar mejoras
Con la instalación parada es el momento idóneo para comunicar a la empresa de mantenimiento de la sala de calderas qué incidencias se han producido durante la temporada de calefacción. Habitualmente se tratan de pequeñas molestias que no han supuesto una interrupción del servicio durante el año, pero sí falta de confort.
Una de las mejoras frecuentes que se suele realizar en esta época es la instalación de sistemas de llenado automático, rearmes automáticos de válvulas de gas, centralitas de regulación en las salas de calderas que aún no las tienen… También se aprovecha para que las instalaciones se adapten a la normativa o a los avances tecnológicos y se lleven a cabo medidas como, por ejemplo, sustituir cuadros eléctricos de salas de calderas que han quedado obsoletos; un cambio que si se realizara durante la temporada de calefacción podría dejar durante un par de días sin servicio a la comunidad.
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