En el año 2030, el 32 por ciento de la energía consumida en la Unión Europea (UE) deberá proceder de fuentes renovables.
Con esta decisión, la UE confirma su apuesta por las energías renovables, a pesar de las reclamaciones de los países miembros, que reclamaban dejar el objetivo en el 27 por ciento. No obstante, se queda por debajo de las pretensiones del Parlamento Europeo, que fijaba el objetivo en el 35 por ciento.
¿Por qué se ha tomado esta decisión?
A fin de cumplir con los compromisos del Acuerdo de París de 2015, se está revisando la legislación europea en aspectos que afecten a la sostenibilidad del planeta, y una de las directivas clave en este sentido es la directiva sobre renovables.
Gracias a un objetivo en renovables más ambicioso:
- El Acuerdo de París podría hacerse posible. Este acuerdo internacional busca limitar las emisiones de gases contaminantes al menos en un 40 por ciento en 2030 (en relación con los valores del año 1990). Con ello se pretende limitar el aumento de la temperatura global a final de siglo por debajo de los dos grados centígrados.
- Se está más cerca de cumplir con las recomendaciones de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA), que apostaba por fijar el objetivo de energías renovables en el 34%.
- Se puede explotar el verdadero potencial de la energía limpia de la UE. Actualmente la Unión Europea depende de las importaciones de combustibles fósiles. España se encuentra entre los países con una mayor dependencia energética del exterior ya que importa más de 70 por ciento de la energía que consume. Aumentando el peso de las renovables esta dependencia energética se reduciría y, al tratarse de energía más barata (procede de recursos naturales), ayudaría a aumentar la competitividad de la UE, lo que favorecería de manera positiva en la economía.
El acuerdo en cifras
Entre los principales compromisos de este acuerdo, destaca que no se podrá cobrar el denominado impuesto al sol («peaje de respaldo» al autoconsumo energético) al menos hasta el año 2026.
También hay importantes avances en el sector del transporte:
- Se establece una tasa del 14 por ciento de energía renovable en el sector del transporte para el año 2030. Una medida que probablemente favorecerá al vehículo eléctrico.
- Se reducirá progresivamente el empleo de aceite de palma para producir biocombustibles destinados al transporte hasta 2030. También se limitarán las importaciones de este producto, que provienen especialmente de países como Indonesia y Malasia.
- Se congela la producción europea de biocombustibles de primera generación, como eletanol, en los niveles de producción que alcance cada Estado miembro de la Unión Europea en 2020. Además, se fija un objetivo del 3,5 % para los de segunda generación, manufacturados a partir de cultivos no alimentarios como la madera.
Barreras a superar
Dado que el pasado 2017 la cuota de renovables de la UE fue del 17% (solar, hidráulica, eólica y biomasa) parece que todavía queda mucho por hacer.
Además, todavía queda pendiente alcanzar un compromiso para la UE sobre los objetivos de eficiencia energética para 2030.