Está en nuestros automóviles, en nuestras instalaciones, camuflado en nuestra sede… Es nuestro logotipo, con el que seguramente te hayas topado en más de una ocasión, pero… ¿cómo surgió?
Su historia se remonta a 1984, momento en el que el fundador de Remica, D. José Porras, crea la compañía. Él mismo fue quien lo diseñó; sin embargo, pese a que en un principio había trazado una imagen bastante más ornamentada y en dos colores, cuando llegó a la imprenta le obligaron a replantearse el dibujo por resultar “demasiado complicado”.
En la misma imprenta rediseñó la imagen: hacía pocos días había paseado por jardines del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, donde se acababa de ubicar el Monumento a la Constitución de 1978, y la imagen de aquel hipercubo de cuatro dimensiones le vino de manera fugaz a la cabeza. Rápidamente lo reprodujo, eligiendo para ello un color que le gustaba especialmente: el azul marino. Acababa de nacer el primer logo de Remica.
Poniendo en contraposición ambas imágenes se puede ver con facilidad el enorme parecido que existe entre la obra del arquitecto Miguel Ángel Ruiz-Larrea y el logotipo que diseñó el presidente de Remica, D. José Porras:
Esta distinción acompañó a la compañía hasta el año 2001, momento en el que se llevaron a cabo algunos cambios en el diseño original. Sin embargo, la huella del que fuera nuestro primer logotipo todavía está presente en varios lugares de la empresa como la propia entrada…
… o el mural decorativo de recepción.
Un giro
En 1998, y de forma pionera en España, Remica comenzó a desarrollar su actividad como Empresa de Servicios Energéticos, decidió apostar por la eficiencia energética y ofrecer a sus clientes la gestión integral de sus instalaciones.
Era necesario que este giro en su actividad se reflejase también en su logotipo. Por ello, en 2001, se rotaba la imagen clásica y se incluía un nuevo concepto: una esfera en el centro como representación del Sol, con ésta se pretendía ofrecer la idea de una energía ecológica, respetuosa con el medio ambiente y enfocada al ahorro.
Para llegar a este segundo logotipo, Remica escuchó a sus empleados, quienes votaron entre varios diseños el que les pareció que más se ajustaba a los nuevos atributos de la compañía. El ganador –y el que sería nuestra imagen durante 11 años– fue éste:
En 2011, en su afán por seguir mirando hacia el futuro, Remica llevó a cabo una nueva revisión de su imagen. Esta vez, el fin era darle un aspecto más moderno. Para ello, se redondearon sus formas y se jugó con los volúmenes y las sombras. Los colores también se aclararon para dar como resultado el logotipo de la que hoy es la compañía líder en servicios energéticos y de gestión de eficiencia energética de España: Remica.