Existen frases muy típicas que todo líder o directivo tiene en su mente y las expresa de forma automática. Sin embargo ya hemos hablado mucho del liderazgo y el neuroliderazgo, y no todo son fórmulas matemáticas. En muchos casos, hay que eliminar y/o evitar estos estereotipos, los prejuicios y los clichés ya muy asentados.
1. «No hay un ‘yo’ en el equipo»
Si bien el trabajo en equipo es obvio que es importante, cada miembro de ese equipo es un individuo. No funciona tratar a cada persona como un simple engranaje de la máquina. Los mejores líderes tratan a las personas como individuos, y deben manejar sus puntos fuertes dentro del equipo, para fomentar el desarrollo individual y también el desarrollo colectivo.
2.»No hay preguntas tontas»
Por supuesto, no hay preguntas sin sentido. Sin embargo, hay miembros del equipo que son redundantes, que su motivación es focalizar la atención y realizan preguntas o plantean problemas que son perjudiciales para ellos y para el colectivo. Hay que estar atento a estas situaciones y tomar las preguntas redundantes como un problema y adoptar medidas para eliminarlas.
3. «El cliente siempre tiene la razón»
Toda frase dicha de forma categórica es susceptible de ser analizada. Hay que enfocarse en el cliente, por supuesto, pero no centrarse única y exclusivamente en él. En caso de conflicto, no hay que tomar partido automáticamente por el cliente o por el empleado, sino que es preciso analizar la situación y presentar expectativas de solución. Es decir, que tomar partido por uno u otro puede ser muy perjudicial. Cuando se está de parte del cliente (incluso cuando está claramente en una posición errónea) hace que se pierda la fe y la confianza en el equipo. Un empleado que no se sienta culpado y se sienta valorado, puede demostrar que incluso un cliente “no muy razonable” merece un buen servicio al cliente.
4. «Dar el 110 por ciento»
Aparte de la imposibilidad matemática de esta frase, así dicha no expresa lo que se pretende realmente ¿Estamos pidiendo que los empleados se queden hasta tarde? ¿Qué trabajen más durante las horas de comida? En lugar de decir este tipo de frases, es mejor crear metas significativas y específicas y ejemplificar con comportamientos o conductas que deseamos que se repitan y se mantengan.
5. » Me traes un problema sin solución»
Normalmente los colaboradores si pueden solucionar un problema por sí mismos, lo hacen. Pero, en ocasiones, cuando presentan un problema de difícil resolución sus responsables pueden llegar a utilizar esta frase. Este tipo de cliché no fomenta la confianza y la apertura, sino que desalienta a los empleados a hablar cuando se dan cuenta que existe un problema. En su lugar, en vez de anticipación para que el equipo pueda trabajar junto para resolverlo, se trabaja en modo “reacción”.
6. «Hay que salir fuera de la caja»(de la zona de confort)
Esta advertencia es tan vaga que no tiene sentido. En lugar de exigir la creatividad, es mejor proporcionar una orientación clara a través del proceso creativo.
7. «Cada opinión cuenta»
Bueno, sí y no. El lugar de trabajo no es una democracia. Normalmente, algún miembro de la organización tiene la última palabra. Alentar a los empleados a expresar sus opiniones es una muy buena práctica; pero alguien debe estar en el asiento del conductor, ejerciendo la capacidad de tomar decisiones críticas, lo que permite que los proyectos puedan seguir adelante.
8. «Agradecemos sus comentarios»
Ya se trate de sus clientes o empleados, este tipo de invitación solamente va atrae a los ‘valores atípicos’. Si realmente deseas conseguir una retroalimentación (feedback), toma un papel activo, es decir, pregunta.
9. «El fracaso no es una opción»
Por desgracia, el fracaso es siempre una opción. Este tópico se utiliza a menudo para cerrar el debate o evitar preguntas sobre una decisión incuestionable. En lugar de este tipo de frases, es mejor defender por qué se ha tomado una decisión, estimular el debate, responder a las preguntas difíciles, y al hacerlo, se previene del fracaso.
En resumen, evitar los “prejuicios”, “frases hechas” o generalidades muy llevadas a la práctica, no sólo mejorarán las habilidades de comunicación, sino también la capacidad de liderazgo.