El mercado laboral actual se caracteriza por su dinamismo y globalización, por sus mayores exigencias y porque requiere mayor polivalencia de los profesionales. La evolución de los mercados ha presionado a las organizaciones para que se conviertan en entidades más flexibles, que se anticipen y adapten a los cambios, y para ello necesitan también empleados flexibles; las carreras profesionales cada vez son menos predecibles, tienen menos fronteras, y se producen cada vez más cruces entre funciones inter e intra departamentales.
¿Cuál es el significado exacto del concepto “empleabilidad”?
Según Fundipe (Fundación para el desarrollo de la función de Recursos Humanos), la empleabilidad es definida como “la capacidad de una persona para tener un empleo que satisfaga sus necesidades profesionales, económicas, de promoción y de desarrollo a lo largo de su vida. Esta capacidad hace referencia a una serie de conocimientos, habilidades, valores y comportamientos que permiten al individuo conseguir sus objetivos personales, y, en el contexto de la organización, permiten que la empresa alcance sus objetivos de negocio”.
¿Qué actitudes hacen al profesional más empleable?
La clave está en que los profesionales aprovechen las oportunidades de cumplir con los requerimientos de su trabajo buscando la mejora y el aprendizaje permanente.
Algunas de las actitudes básicas que hacen a un profesional altamente empleable, son:
- Apertura al cambio en el trabajo. Las personas abiertas al cambio exhiben flexibilidad cuando se enfrentan con retos inherentes a situaciones inciertas. Esta flexibilidad personal permite al profesional adaptarse a las demandas cada vez más cambiantes del entorno laboral.
- Proactividad en el trabajo y la carrera profesional. Las personas empleables buscan información relevante para su trabajo y sus intereses profesionales. Son empleados que intentan aportar ideas e innovan en sus áreas de responsabilidad.
- Motivación profesional. La motivación profesional es un determinante crítico de la formación permanente y la disposición hacia la empleabilidad. Es una motivación que procede del propio profesional, convencido de la relevancia de su trabajo y de su capacidad para desempeñarlo con éxito.
- Identificación con el trabajo. La identificación con la carrera profesional provee motivación (dirección y propósito) a los esfuerzos que se realizan en el ámbito laboral y es un soporte muy sólido para la empleabilidad.
- Resiliencia (fortaleza, capacidad de adaptarse y superar los problemas y convertirlos en retos) en el trabajo y la carrera profesional. Los empleados que tienen optimismo profesional perciben numerosas oportunidades en el puesto de trabajo, ven los cambios y retos como oportunidades para aprender y persisten en la consecución de resultados y objetivos.
La noción empleabilidad implica que los trabajadores deben asumir más la responsabilidad de invertir en su propio capital humano y, por lo tanto, en su propia seguridad en el trabajo, aprendizaje y desarrollo profesional, todo ello, lógicamente, apoyado e impulsado desde la propia organización. Por otra parte, los trabajadores con alta empleabilidad permiten a las empresas adaptarse a las fluctuantes demandas del mercado, y a los propios empleados les permite afrontar con éxito los rápidos cambios en los requisitos del trabajo. Profesional y organización tienen por tanto mucho que ganar en este viaje conjunto hacia la mejora de la empleabilidad.