+34 913 960 300

remica@remica.es

Tu opinión es vital

Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Solicitar Información
Solicitar Información

Blog de Remica

hablar en público

Hablar en público: errores que debes evitar

hablar en público

¿Sabías que hablar en público genera ansiedad al 85% de las personas? El nerviosismo es uno de los grandes enemigos de aquellos que preparan presentaciones o ponencias, pero no es el único: una escasa preparación del discurso o no elaborar argumentos pensando en la audiencia también son errores a evitar.

Error 1: Ignorar que hablar en público te produce ansiedad

La ansiedad al hablar en público es un fenómeno común que, incluso, puede jugar en favor del ponente si utiliza toda esa adrenalina para ofrecer un discurso con fuerza y energía. Sin embargo, es perjudicial cuando la ansiedad es tan intensa que puede llegar a paralizar a las personas.

Tensión muscular, aumento de la frecuencia cardiaca, pérdida de concentración, temblores o voz inestable son algunos de los síntomas que denotan ansiedad al hablar en público. Este fenómeno suele tener relación con el miedo al fracaso, al ridículo o a no ser escuchados.

Lejos de solucionarlo, ignorar este tipo de sentimientos puede agravar la situación. Por ello, en el tríptico Miedo a hablar en Público de la Universidad de Granada se recomienda:

  • Exponerse a situaciones que produzcan ansiedad. Preguntar la hora en la calle a personas desconocidas, pedir un café en un bar lleno de gente o enfrentarse a cualquier otra situación que produzca nervios son pequeños ejercicios cotidianos que sirven de preparación para enfrentarse al gran momento de hablar en público (examen oral, presentación comercial, conferencia…).
  • Analizar cómo responde el cuerpo cuando te enfrentas a situaciones que te provocan ansiedad. Detectar los primeros síntomas te permitirá poner en práctica pequeñas técnicas para calmar los nervios como, por ejemplo, practicar ejercicios de respiración abdominal.

 

Error 2: No pensar a quién te diriges

Hablar en público implica que siempre hay una audiencia a la que nos dirigimos. Conocer el número de asistentes, edad o intereses es importante para estructurar la presentación y preparar el discurso. No es lo mismo realizar una presentación comercial ante una docena de directivos que hacerlo en un gran auditorio con entrada libre.

Un buen truco es que, si tienes la posibilidad, antes de empezar tu ponencia hables con las personas que asisten a escucharte. Por un lado te ayudará a percibir que el público es ‘amigable’ lo que te tranquilizará; por otro, te dará ‘pistas’ sobre cuáles son sus necesidades e intereses.

 

Error 3: No prepararte el discurso

Por mucho que domines una materia, lo cierto es que los buenos discursos no surgen fruto de la ‘inspiración’ sino de la buena preparación.

  • Escribe el discurso y/o elabora un resumen con los temas principales. Escribir te ayudará a estructurar tus argumentos, pero recuerda que realizar una presentación no consiste en limitarse a leer. En cambio, puedes realizar un resumen con los temas principales a tratar que te servirá de guión el día de tu discurso.
  • Cuida el principio y el final. Para captar la atención del público, un buen comienzo y un buen final son imprescindibles. Si estás ante desconocidos, nunca olvides de presentarte al comienzo ya que eso genera buena impresión y confianza en la audiencia.
  • Nunca te quedes en silencio. Hablar en público durante mucho tiempo puede hacer que en un momento dado pierdas el hilo del discurso. Para afrontar este tipo de situaciones, prepárate con antelación anécdotas o historias breves que contar mientras vuelves a coger el hilo de la exposición.
  • Practica antes. Si es la primera vez que expondrás tu discurso en público, lo mejor es practicar. Puedes hacerlo delante de otras personas, frente a un espejo o puedes grabarlo en vídeo para luego analizarlo.

 

Error 4: Descuidar el lenguaje ‘no verbal’

Dado que, cuando hablamos con una persona, alrededor del 70% de la información procede del lenguaje no verbal, para lograr el efecto que deseas es necesario cuidar cómo son tus gestos, apariencia, postura, mirada y expresiones cuando hablas en público.

  • Mira al público mientras hablas. La forma correcta de hacerlo es recorrer con la mirada el auditorio de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Mira a los ojos de las personas pero no demasiado tiempo ni intensamente para evitar que se sientan incómodas. Mirar a los ojos de las personas es una forma de captar su atención; un efecto que potenciarás si de vez en cuando les haces preguntas o aludes a sus intereses.
  • Muévete por el escenario o espacio destinado a los ponentes. Ese gesto denota que el ponente domina el espacio y la situación y también ayuda a calmar los nervios.
  • Evita la tensión de tus hombros ya que potencia la sensación de nerviosismo. Un buen ejercicio para soltar tus músculos es acercar los hombros a la cabeza durante unos segundos para destensarlos después y repetir este gesto varias veces.

 

 Error 5: No realizar un análisis de cómo ha ido la presentación

Tanto si tu experiencia de hablar en público ha sido buena, como si no ha resultado como esperabas, siempre hay cosas que mejorar. Por ello, para potenciar tu capacidad de hablar en público lo mejor es que evalúes tu presentación.

Fíjate tanto en los aspectos positivos que debes repetir como en los aspectos negativos que deberás mejorar. ¡Verás cómo poco a poco irás mejorando tus habilidades para hablar en público!

Facebook
X
LinkedIn
WhatsApp
Telegram
Email
¿quieres saber más?
Otros artículos de interés

SISTEMA HÍBRIDO DE CLIMATIZACIÓN PARA EDIFICIOS CON CALEFACCIÓN Y AGUA CALIENTE CENTRAL

El Plan Remica Hybrid Coste Cero incorpora la aerotermia y la energía solar fotovoltaica a las calderas existentes,
lo que optimiza y moderniza la instalación.

Las energías renovables consiguen que disfrutes de calefacción 24 horas, generando un ahorro energético de hasta el 60%

Gracias a las deducciones fiscales actuales, los Certificados de Ahorro Energético (CAE) y el ahorro de energía que genera el sistema, la inversión se amortiza sin derramas.