Desde los departamentos de Recursos Humanos estamos muy orientados y siempre preocupados porque la formación que damos a nuestros colaboradores impacte y tenga resultados en su trabajo diario, lo que nos hará más eficaces y permitirá crecer a la compañía, siendo más competitivos en el mercado.
Sin embargo, esta orientación y preocupación pasa por conocer los estilos de aprendizaje de nuestra plantilla, de manera que seamos capaces de adaptar esas sesiones formativas a lo que realmente va a funcionar en el colectivo, haciendo que se lleve a la práctica real.
Grupo Remica aplica el Modelo 70-20-10, de manera que nuestro objetivo es desarrollar acciones que impacten en el desempeño y en consecuencia en la cuenta de resultados.
Según este modelo, el 70% del desarrollo ocurre a través de experiencias concretas, tareas y resolución de problemas, de manera que el mayor porcentaje de éxito es “aprender haciendo” o a través de experiencias reales y vivenciales.
En este sentido, el Modelo de David Kolb de aprendizaje basado en experiencias, desarrollado a primeros de los años 70, nos sirve para explicar la percepción y el procesamiento del aprendizaje.
Existen dos tipos de percepción, por una parte la Percepción Concreta y por otra la Percepción Abstracta. En este sentido, hay personas que perciben más a través de hechos concretos y otras personas que perciben más a través de la conceptualización abstracta y generalizaciones.
Respecto al procesamiento, algunas personas procesan mejor en la puesta en práctica de los conceptos en situaciones nuevas, mientras que otras a través de observación reflexiva.
Dados estos dos tipos de percepción y de procesamiento, se le denomina también el modelo de cuatro cuadrantes, a través de él nos permite explicar los estilos de aprendizaje que nos podemos encontrar en las organizaciones.
1. Estilo Acomodador o Adaptador
Las personas con este estilo combinan la Experiencia Concreta y la Experimentación Activa. Los colaboradores aprenden principalmente de la experiencia, tomando parte activa en las situaciones. Llevan planes y participan en situaciones nuevas e interesantes. Confían más en las intuiciones que en un análisis lógico. A la hora de solucionar problemas buscan información en las personas, no realizan tanto un análisis técnico.
Se denomina estilo «acomodador» porque tiende a destacarse en las situaciones en las que debe adaptarse a circunstancias inmediatas específicas.
2. Estilo Divergente
En este estilo se combina la Experiencia Concreta y la Observación Reflexiva. Son personas eficaces en situaciones concretas desde distintas perspectivas. Su posicionamiento consiste más en observar que actuar. Poseen intereses culturales amplios y están ávidos siempre de información.
3. Estilo Convergente
La persona de este estilo combina la Conceptualización Abstracta y la Experimentación Activa. Los colaboradores con este estilo de aprendizaje son mejores encontrando una utilización práctica a las ideas y teorías. Desarrollan la capacidad para resolver problemas y tomar decisiones, basándose en soluciones encontradas en el pasado. Son efectivos en actividades y problemas técnicos.
4. Estilo Asimilador
Combina la conceptualización abstracta y la observación reflexiva. Estas personas son eficaces analizando una amplia gama de información y organizándola de forma concisa y lógica. En este estilo hay una orientación clara hacia las ideas abstractas y conceptos. Igualmente, valoran más el que una teoría parezca lógica que el que tenga un valor práctico.
Puntos fuertes de los Estilos de Aprendizaje:
De este modo, cuando realizamos nuestros Planes de Formación, así como la organización del método de nuestras actividades formativas, debemos considerar bien cuál es el estilo predominante en nuestra organización, a pesar que hoy en día lo más eficaz es aprender haciendo y la experiencia activa.
No todos aprendemos de la misma manera, ni tampoco asimilamos la experiencia en nuestra vida personal y profesional de modo idéntico.