¿Por qué es necesario promover la existencia de oficinas eficientes energéticamente? La ONG WWF en su Guía de Ahorro y Eficiencia Energética aporta unas cifras que contestan por sí mismas a esta pregunta: la mitad de la energía consumida en el sector servicios se realiza en los edificios de oficinas, y estas son las responsables de un 40% del consumo energético en todo el mundo.
Frente a una oficina en la que no se realiza gestión energética alguna, las oficinas eficientes ofrecen múltiples beneficios:
- Registran un menor consumo de energía; algo que logran mediante la aplicación de medidas de eficiencia energética.
- Al consumir menos energía, también producen menos emisiones de dióxido de carbono.
- Además, a menudo se mejora el confort de las personas ya que, gracias a las medidas de eficiencia energética adoptadas, los usuarios de las oficinas eficientes disfrutan de instalaciones de iluminación, calefacción y aire acondicionado adaptadas a sus necesidades.
¿Cómo seguir el ejemplo de las oficinas eficientes?
Los autores de la Guía de Ahorro y Eficiencia Energética de WWF aconsejan trazar un plan de mejora de la gestión energética de las instalaciones.
Eso sí, para que tenga éxito, esta guía señala dos aspectos muy importantes:
- Es necesario asegurarse de que toda la organización se implica con el plan de mejora de la gestión energética. Sin el compromiso de las personas que trabajan día a día en las oficinas, gran parte de las medidas propuestas no tendrán aplicación en la práctica, por lo que no se alcanzarán los objetivos de ahorro deseados.
- También es preciso que se elija un responsable del plan de gestión energética, que coordine la aplicación y los resultados de las medidas contempladas en el documento.
Realizar un diagnóstico
Para trazar el plan, los autores señalan que, en primer lugar, es conveniente realizar un diagnóstico de cómo se reparte el consumo energético en las oficinas.“Debemos partir de un conocimiento previo de la situación energética de la organización, tanto a nivel de equipamientos y consumos energéticos como de la disposición de los trabajadores para aplicar diferentes medidas en los diferentes ámbitos de intervención”, explican.
- Es necesario realizar un inventario de qué equipos consumen más energía. Dicho inventario debe identificar cuánta energía se consume, cuánto cuesta, cómo se utiliza y qué volumen de CO2 genera. Para ello se debe:
- Recopilar las facturas de electricidad, combustible y agua.
- Identificar todos los equipos que consumen energía (calderas, ascensores, lámparas, etc.).
- Revisar el estado de aislamiento térmico y de las instalaciones, para identificar posibles pérdidas energéticas.
- Realizar una encuesta a los trabajadores del edificio. El objetivo es conocer los hábitos de consumo de los trabajadores para poder modificar aquellas pautas que generan un consumo excesivo de energía.
Trazar un plan de acción
Tras la recopilación de datos que influyen en el consumo energético de las oficinas, es momento de realizar un análisis de los datos inventariados y de definir cuál será el/los objetivo/s de ahorro energético que sea pertinente realizar. Para cada objetivo se dispondrán medidas de reducción de consumo energético que, preferentemente, deberían estar dirigidas a contrarrestar los principales puntos de consumo detectados tras el inventario.
Toda esta información debe plasmarse en un Plan de Acción, en el que se definan objetivos de ahorro, las medidas que se van a tomar para reducir el consumo energético y las fechas para implantarlas. Establecer un calendario de actuaciones resultará fundamental para saber cuáles son las fechas límite para implementar cada medida y con qué presupuesto se cuenta.
Buscar la mejora continua
Una vez aplicadas las medidas, el plan de acción debe prever mecanismos de control que permitan detectar si los objetivos se cumplen o si se está produciendo una desviación en las metas pactadas. El control de los efectos de las acutaciones es fundamental: forma parte de un proceso de mejora continua, necesario para detectar posibles desviaciones y nuevas áreas de mejora.
Por último, no hay que olvidarse de hacer partícipe a toda la organización de cómo se está desarrollando la aplicación del Plan de Acción. Si se desea lograr el compromiso de todos los trabajadores para mejorar en ahorro y la eficiencia energética es necesario informar a las personas que trabajan en el edificio, a fin de que conozcan que sus acciones son capaces de lograr un importante ahorro energético y una mejora medioambiental.