Como ya hemos abordado en otros artículos publicados en este mismo blog, el presentismo laboral es un fenómeno que durante los años de crisis se ha multiplicado en el seno de las empresas de nuestro país.
Los datos muestran que, lejos de desaparecer, se trata de una práctica que ha ido aumentando los últimos años. Según la III Encuesta Adecco sobre Presentismo Laboral, presentado a finales de 2016, el 53% de las empresas españolas reconoce que existe alguna práctica de este tipo en su organización. Esto supone un aumento del 13,2% con respecto al presentismo detectado el año 2015.
El presentismo afecta a la productividad de las organizaciones
Las prácticas presentistas suponen que los trabajadores pasan más tiempo del estipulado en sus puestos de trabajo, con el objetivo de hacer ‘acto de presencia’, aunque ese tiempo no sea productivo.
Paradas recurrentes en las tareas diarias, pausas para ir a fumar o tomar café, desayunos y horas de comida que se alargan más de lo necesario, atención desmesurada a asuntos personales (llamadas, acceso a internet, uso del email…) son algunos de los ejemplos de prácticas de presentismo laboral que se detectan actualmente en las compañías.
También puede calificarse de presentismo aquellas personas que van enfermas a trabajar sin estar en condiciones de hacerlo por miedo a perder su puesto de trabajo.
En cualquier caso, el resultado es el mismo: colaboradores que pasan muchas horas en su puesto de trabajo y, paradójicamente, no aumenta la productividad de la compañía, sino que incluso puede llegar a disminuir.
¿Qué medidas se pueden poner en marcha para terminar con este fenómeno en las organizaciones?
Potenciar la comunicación interna
En primer lugar, conviene potenciar y fomentar la comunicación interna. De ese modo las organizaciones disponen de un “termómetro” inmejorable para conocer la marcha real de la compañía, detectar prácticas de presentismo laboral y gestionar a tiempo este fenómeno para evitar que la productividad de la compañía se resienta.
Fomentar el espíritu de equipo
En muchas ocasiones, las personas que caen en el presentismo laboral se encuentran desmotivadas, o bien deciden pasar más horas en su puesto de trabajo por temor al ‘que dirán’ si salen antes de su puesto de trabajo.
Fomentar el espíritu de equipo contribuye a neutralizar estos comportamientos. Lo que se trata es de inculcar el sentimiento de que gestionar las cargas de trabajo es responsabilidad de todo el equipo, de modo que se fomente el trabajo grupal y que se reconozca el papel que desempeña cada uno de los miembros como se merece.
Ejercer un buen liderazgo
Para combatir la sensación de que pasar más horas en el puesto de trabajo hace que las personas tengan más valor para la compañía, conviene clarificar qué tareas debe realizar cada colaborador y qué se espera de ellos.
Orientarse a resultados, más que a tareas concretas, y fomentar un ambiente creativo, donde los colaboradores puedan aportar sus ideas, es también importante para combatir la desmotivación que muchas veces se esconde tras las prácticas de presentismo laboral.
Ambas estrategias deben ser fomentadas por los líderes de la compañía y responsables de los equipos, que deben preocuparse no solo por el rendimiento del trabajador, sino también de sus expectativas.
Flexibilidad horaria
Llegar al trabajo y empezar a pensar en trámites personales, la familia, los recados pendientes, etc. son factores que llevan a los colaboradores a dedicar parte de su jornada laboral a realizar ciertas gestiones, es decir, al presentismo laboral. Para terminar con estos comportamientos, varios expertos sugieren impulsar medidas de flexibilidad horaria y conciliación, que ayuden a las personas a gestionar los trámites que más les urgen y, de ese modo, podrán centrarse en las tareas diarias.
La transformación digital, ¿enemiga o aliada del presentismo?
Por un lado, el proceso de digitalización al que se han sometido -o al que aún se están sometiendo- las compañías de nuestro país puede contribuir a combatir el presentismo laboral ya que favorece, entre otras cosas, la flexibilidad de la jornada laboral, al permitir el teletrabajo.
Sin embargo, por otro lado, también tiene un peligro y es que gracias a las nuevas tecnologías cualquier usuario está hiperconectado a redes sociales, buscadores, webs, servicios de mensajería, etc. desde cualquier smartphone, tablet u ordenador. Es decir, que en cierto modo, la transformación digital también puede fomentar el presentismo laboral al facilitar a un golpe de clic que el usuario pueda entretenerse con estos programas durante sus horas de trabajo. La solución pasa por fomentar el uso responsable de estas herramientas.