Toda compañía, sobre todo desde las áreas de Recursos Humanos, busca contar con colaboradores que estén satisfechos; profesionales que se comprometan con la empresa y que estén muy implicados con su trabajo, directivos que practiquen y transmitan los valores de la cultura de la compañía y líderes con una gran visión estratégica capaces de llevar sus ideas a la práctica inspirando a otros. Todo ello repercute positivamente en los resultados de la compañía, más atractiva a ojos de clientes y accionistas, quienes perciben una imagen de marca con la que se identifican y aprecian un “futuro prometedor” para la compañía.
Pero, la realidad es que es un largo camino que recorrer y siempre hay retos que superar en el mismo.
El objetivo es lograr la cohesión en torno a una Misión Empresarial significativa que motive a la acción para potenciar la implicación y el compromiso, de manera que se compartan metas e ideas, para apoyar y alcanzar objetivos de mercado y satisfacer indicadores financieros.
Hoy en día, en el área de Recursos Humanos trabajamos intensamente en planes de acción para alinear a las personas con los objetivos estratégicos y los valores de la compañía. Sin embargo, en Remica tenemos claro que, para conseguir esta “alineación”, es importante una gestión por valores y no tanto por objetivos. Nuestros primeros pasos los damos desde el Área de Selección, donde tratamos de valorar competencias como innovación y valores.
Para nosotros, analizando la trayectoria y hacia dónde vamos como compañía y los avances y cambios continuos del mercado globalizado, los profesionales de hoy y del mañana tendrán que mostrar elevado nivel en competencias como innovación y creatividad.
Para nosotros la creatividad en aportar soluciones desde una perspectiva diferente es crucial y el mercado así lo demanda igualmente. Esta creatividad va muy ligada a la innovación; son dos competencias estrechamente unidas, sin una no existe la otra. Estas competencias de nuestros colaboradores nos harán ahora y en el futuro ser una compañía diferenciadora.
De hecho, desde aquí consideramos que en el área educativa se debería prestar especial atención para fomentar estas habilidades en los estudiantes de hoy, que serán los profesionales del futuro.
El mercado es muy competitivo pero aquellos colaboradores que destaquen por razonar sus ideas, generar nuevas soluciones y no caer en la competitividad pura y conocimientos memorísticos, serán aquellos que tengan éxito y harán llegar al éxito a las organizaciones.
Hoy en día, los conocimientos están a disposición de cualquiera y las compañías valoramos que los colaboradores sepan razonar, argumentar y crear valor.
Por otra parte, para conseguir el compromiso y los buenos resultados en cualquier organización, no sólo son importantes esas competencias personales y profesionales, también hay que colaborador y empresa compartan las mismas metas y valores.
Es lo que hoy en día, como hemos mencionado anteriormente, se conoce como gestión por valores. En estudios de gestión y captación del talento han demostrado que los colaboradores actuales y los candidatos valoran la ética de las compañías y su impacto en la Sociedad. Cada vez más se eligen empleadores con los que se comparta la visión y los principios, es decir que éstos sean acordes con los valores personales y profesionales.
De este modo, en las entrevistas personales hay que hacer hincapié en los valores de la compañía y analizar en qué medida son compartidos por los “futuros talentos”. Sólo de esta manera se logrará el compromiso y la cohesión con la misión de la empresa.
Por otra parte, en una gestión por valores hay que poner el foco de atención en los profesionales y en los objetivos, no tanto en los resultados finales o económicos, que vendrán fruto de la cohesión y el alineamiento con esos objetivos definidos que deben ser compartidos, como reto y como valor.
En próximos post analizaremos la gestión por valores y cómo alinear estos a sistemas de gestión por competencias.