A la hora de reclutar talento, si queremos que un trabajador se decida por nuestra compañía, es necesario ofrecerle algo más del mero salario que ofrecen el resto de la empresas. Debemos aportar algo más, y es aquí donde entran en juego dos valores añadidos que repercuten en la calidad de vida de los empleados y que ayudan a la hora de establecer una elección: la retribución flexible y el salario emocional.
La retribución flexible es un sistema que permite a los empleados sacar más partido a su salario y permite amoldar y modificar el paquete retributivo o retribución dineraria de forma voluntaria y de acuerdo con las necesidades personales de cada uno, sustituyendo de este modo parte de la retribución por determinados productos que la empresa pone a disposición.
Además de que la empresa facilita el acceso a estos productos a un precio más competitivo que si se hiciera de manera individual, existe una exención fiscal en algunos de ellos, de manera que los empleados al pagar los productos a través de su bruto, pueden llegar a ver incrementado su neto.
La retribución flexible, tiene dos beneficios importantes:
- Beneficio Económico
Los productos y los servicios incluidos en retribución flexible, al contratarse a través de la empresa y hacerlo de forma colectiva, disfrutan de unas condiciones económicas más ventajosas. - Beneficio Fiscal
La ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) establece que los productos y servicios al ser contratados por la empresa están exentos de tributación.
Esta medida es cada vez más valorada por los potenciales candidatos/as, ya que permite mejorar la conciliación entre la vida familiar y laboral, además de aportar facilidades, por lo que en muchos casos es un factor diferenciador y competitivo a la hora de captar talento.
Asimismo, en REMICA somos conscientes de que hay que trabajar en retribuciones centradas en las personas, y no sólo centrarse en la retribución dineraria, es decir, trabajar más en el tan llamado “salario emocional”.
Es importante saber cuáles son las necesidades de nuestra plantilla, como por ejemplo si les preocupa su futuro profesional o quieren compaginar las tareas del trabajo con las de fuera. Se trata de estar cada día más cerca de las personas.
El salario emocional es todo aquello que no se refiere a la retribución económica pero que forma parte de la compensación como puede ser la flexibilidad horaria, permisos, vacaciones, desarrollo, entorno, cultura de la empresa… De esta forma, se genera un impacto emocional sin que ello suponga un gran impacto económico para la empresa.
Por supuesto, la retribución dineraria es importante para todos los profesionales, pero también valoran de sus empresas otras acciones. Con el salario emocional la empresa consigue aportar valores como el compromiso o la voluntad, despertar sensaciones y emociones en los empleados y crear nuevos retos y oportunidades para ellos.
Por ello, tanto la retribución flexible como el salario emocional son fundamentales para la búsqueda de talento, ya que los profesionales se sienten atraídos por aquellas compañías que les ofrecen un mejor equilibrio entre la vida personal y laboral.
Conscientes de ello, en REMICA, a lo largo de los últimos tres años tres años hemos implantado esta retribución flexible, existe flexibilidad horaria, adhesión al programa de teletrabajo, etc. Desde Recursos Humanos conocemos su importancia, y trabajamos para el logro de mayores atractivos con el objetivo de retener y atraer el mejor talento.