Un consultor en eficiencia energética es un perfil imprescindible dentro de una empresa de servicios energéticos (ESE).
Este tipo de profesionales cuenta con una alta cualificación y conocimientos en soluciones de eficiencia energética y, además, actúa de enlace entre el cliente y sus necesidades y el resto de la compañía de servicios energéticos.
En un contexto en el que la Unión Europea todavía no es capaz de cumplir con los objetivos de eficiencia energética fijados para el año 2020, la figura de un consultor energético se ha convertido en un aliado fundamental para tratar de revertir esta situación. ¡Estas son las razones!
1.Realiza un diagnóstico personalizado
Ya sea en el sector residencial, terciario, industrial, administración pública… el primer paso para mejorar en eficiencia energética es hacer un diagnóstico personalizado para conocer cuál es el estado de las instalaciones.
Los consultores energéticos estudian cada caso, teniendo en cuenta las circunstancias específicas de cada cliente y del sector al que pertenece, con la garantía de que disponen de la formación y las capacidades técnicas necesarias para realizar un diagnóstico de la situación detallado.
2.Ayuda a identificar áreas de mejora para terminar con el derroche energético
Medir cómo se reparte el consumo energético es fundamental para conocer si se está produciendo o no un derroche de energía en la instalación. Por ello, si no se tiene, es necesario instalar sistemas de contabilización que permita medir en qué se emplea el volumen de energía en las instalaciones.
Se debe medir tanto la energía que llega a través del sistema de suministro como la energía que finalmente consumen los sistemas de calefacción, aire acondicionado, agua caliente, energía solar…
3.Propone medidas de ahorro que garantizan el confort y las prestaciones que necesitan los usuarios, evitando el derroche de energía
Tras analizar el estado de la instalación y estudiar cada caso concreto, el consultor energético hará llegar, en nombre de la empresa de servicios energéticos para la que trabaja, una propuesta con las medidas de ahorro y eficiencia energética (MAEs) más adecuadas, siempre teniendo en cuenta varios factores, como las necesidades del cliente y el estado y configuración de las instalaciones.
4.Tiene en cuenta el retorno de la inversión
Las acciones propuestas por un consultor energético buscan un objetivo cuádruple:
- Económico: Mejorar la eficiencia energética de la instalación para evitar el gasto innecesario de energía. Uno de los aspectos valorados es el retorno de la inversión, es decir, cuánto tiempo tardará en amortizarse la inversión realizada gracias a los ahorros energéticos obtenidos.
- Medioambiental: Evitar emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, responsables del cambio climático.
- Normativo: Que las medidas de ahorro y eficiencia energética siempre cumplan con la normativa vigente en el momento de actualizar la instalación.
- De confort: Las medidas de ahorro y eficiencia energética deben proporcionar el confort suficiente a las personas para que puedan desempeñar sus quehaceres personales y profesionales.
5.Ayuda a cumplir con los objetivos de eficiencia energética
Con poner en marcha las medidas de ahorro y eficiencia energética no es suficiente. Para saber si estas son o no efectivas es necesario realizar un seguimiento continuado de la instalación, para comprobar que las medidas implantadas están teniendo el efecto deseado en términos de ahorro energético y confort para el cliente.
Sobre las empresas de servicios energéticos
“Hoy en día, tanto las instituciones y las empresas, como los ciudadanos son conscientes del alto grado de contaminación y combustibles fósiles que se consumen y generan. Hay que empezar a aportar nuestro granito de arena cambiando nuestros usos y costumbres para disminuir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y salvar el planeta”, explica Antonio Ocaña, director comercial de Remica.
Las empresas de servicios energéticos (ESEs) son grandes aliados en la consecución de este objetivo. Según la definición recogida en la Directiva 2006/32/CE, estas compañías proporcionan servicios energéticos o de mejora de la eficiencia energética en las instalaciones o locales de un usuario y afronta cierto grado de riesgo económico al hacerlo. El pago de los servicios prestados se basará (en parte o totalmente) en la obtención de mejoras de la eficiencia energética y en el cumplimiento de los demás requisitos de rendimiento convenidos.
Las ESEs tienen el objetivo final de ahorrar energía, lo que deriva en un ahorro tanto económico como de emisiones de CO2. Su actividad se centra en el diseño y puesta en marcha de proyectos que garanticen una gestión eficiente de la energía, comprometiéndose económicamente con los resultados. Además, son especialistas en monitorizar, medir y controlar el gasto energético y verificar el nivel de ahorro generado tras la puesta en marcha de cada proyecto.