“El neuroliderazgo se centra en cómo los individuos en un ambiente social toman decisiones y resuelven problemas, regulan sus emociones, colaboran con otras influencias, y facilitan el cambio.” Henry Minztberg
La evolución del liderazgo tradicional al neuroliderazgo es un paso obligado si tenemos en cuenta el cambio en las relaciones interpersonales que se desarrollan en cualquier compañía. Ya son muchos los artículos que hemos realizado acerca de este tema, pero sin tomar de partida este concepto. Hemos hablado de las Organizaciones del s.XXI y también del liderazgo 3.0 y el liderazgo transformador, sin embargo consideramos fundamental adoptar esta perspectiva y tratar conceptos que se trabajan en esta línea.
En la actualidad, un líder, además de basarse en los conocimientos técnicos, racionales y lo que le aporta su experiencia, debe ser consciente en que su función se centra principalmente en coordinar personas y, por tanto, debe utilizar las relaciones interpersonales para conseguir los objetivos propuestos. Por ello es fundamental que, además de “jefe” (concepto que no nos gusta usar en exceso), sea un compañero, sea ejemplo y genere respeto y confianza.
Qué ventajas generará en todo el equipo, y por ende en la organización:
- Ayuda a conocer los factores claves para impulsar el desarrollo del equipo más eficazmente, y por extensión a lograr los objetivos.
- Incrementa la eficacia en la toma de decisiones.
- Aumenta la capacidad creativa en la organización.
- Como consecuencia de lo anterior, impulsa la posibilidad de crear nuevos productos y servicios(Innovación, valor fundamental en Remica) a través de una nueva dimensión de desarrollo personal en la empresa.
La Neurociencia, y el Neuroliderazgo también trata la Neuroplasticidad. Joe Dispenza la define como “la capacidad del cerebro de reformarse, remodelarse y reorganizarse”. Se puede conceptualizar como la habilidad del cerebro de modificar o alterar su propia estructura como consecuencia de la experiencia y del pensamiento. El cerebro tiene la destreza natural para crear nuevas sinapsis o de disminuir el número de conexiones nerviosas, según sea la necesidad y los requerimientos.
Por tanto, nuestro cerebro tiene la propiedad de adaptarse a la actividad que realiza. De modo que modificando la actividad, se puede modificar la estructura del cerebro.
Esta destreza es fundamental para la adaptación al entorno y para el logro de cambios de hábitos, cambios en las percepciones del mundo, así como el aprendizaje de nuevas conductas y formas de pensar. Y por tanto en el cambio de paradigma del Liderazgo Tradicional al Liderazgo Transformador y Neuroliderazgo.
Por tanto, el líder podrá trabajar desde la perspectiva del neuroliderazgo en esta habilidad que ya poseemos de manera intrísenca a través de la neuroplastidad y el neuroaprendizaje y que permite al ser humano evolucionar y desarrollar las competencias, tales como la capacidad de planificación, resolución de problemas y toma de decisiones. El éxito depende, entonces, de la capacidad de un líder para experimentar e inducir a otros a enfocar las experiencias, los pensamientos y las ideas.
El neuroliderazgo encierra un gran potencial para el desarrollo del liderazgo en las organizaciones.