Los meses más cálidos son los indicados para poner a punto las instalaciones térmicas de las comunidades de vecinos y asegurarse de ese modo que, durante la época de frío, todo funcionará correctamente. En opinión de varios clientes de Remica, también es buen momento para acometer la individualización del consumo en aquellos edificios que cuentan con calefacción central.
Los habitantes de las comunidades que han pasado por este proceso destacan que, tanto la renovación de las instalaciones como la individualización, les ha supuesto un antes y un después en cuanto a confort y ahorro energético.
“Los vecinos estaban acostumbrados a abrir la ventana cuando tenían calor por culpa de la calefacción central. Actualmente, dado que cada vecino paga por lo que consume, en lugar de abrir la ventana cierran las válvulas de los radiadores”, opina José Emilio López, presidente de una comunidad de vecinos de la ciudad de Madrid cuyas instalaciones térmicas han sido renovadas por Remica.
Su comunidad tenía que renovar la sala de calderas, momento que los propietarios del inmueble aprovecharon para adelantarse a la normativa y acometer la individualización del consumo de calefacción (gracias al cual cada vecino puede regular en casa la temperatura y, en consecuencia, los gastos no los paga la comunidad sino cada vecino, en función del consumo que realice).
Los resultados no se han hecho esperar. En comparación con la vieja sala de calderas, que utilizaba gasóleo como combustible, los ahorros han sido de un 32 por ciento en combustible y, además, se han reducido en un 48% las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
Ambos índices están certificados por la entidad TÜV Rheinland, con la que Remica ha firmado un acuerdo para certificar la mejora energética conseguida en las instalaciones.
Más información sobre las actuaciones realizadas en esta comunidad en el blog Remicaatencionalcliente.es
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