Vivimos en un mundo laboral en el que los profesionales deben adaptarse a continuos cambios. Por ello, en este artículo te explicamos cómo reinventarte en el trabajo, en un mundo laboral en constante evolución, cómo lograr el equilibrio y cómo lograr alcanzar tus metas.
¿Por qué reinventarte?
Con el paso del tiempo es posible que tus preferencias hayan cambiado. Quizá un trabajo que te encantaba hacer se ha vuelto monótono, te frustra o te estresa.
Algunos síntomas de que necesitas un cambio en tu vida laboral son:
- Te cuesta ir a trabajar de buen grado.
- Te evades a menudo con la mente, sientes necesidad de ‘escaparte’ y piensas en otras cosas.
- Te falta la energía y te sientes triste al final de tu jornada laboral.
- Sientes que tu carrera profesional se halla en un punto muerto pero no te despides por miedo a perder el puesto de trabajo.
Aunque es cierto que trabajo es trabajo, también lo es que los profesionales felices con su empleo son más productivos y crean un buen ambiente de trabajo, lo que beneficia a las organizaciones en las que desarrollan su actividad.
Expertos en RRHH estudian cómo mejorar en este aspecto dentro de las organizaciones. Sin embargo, también hay pasos que podemos dar de nuestra parte para que ir a trabajar todos los días se convierta en una actividad estimulante en lugar de tediosa, monótona o estresante.
Mira al futuro con perspectiva
Como ya hemos analizado en otros artículos, ser feliz en el trabajo no tiene por qué ser una cualidad innata, sino que puede entrenarse. Para ello, hay que hacer un esfuerzo por analizar qué es lo que nos hace infelices en el puesto de trabajo actual, para saber qué podemos esperar de un cambio.
Para profundizar en esta cuestión, te recomendamos el artículo ¡Tú puedes! Descubre cómo ser feliz en el trabajo que encontrarás en este mismo blog, en el que ofrecemos diez claves para tratar de disfrutar con las labores que desempeñamos.
Analiza tus fortalezas y debilidades
Si consideras que tu manera de ser feliz pasa por cambiar algo en tu vida profesional actual, el segundo paso que deberás dar es practicar el ‘autoconocimiento’.
Quizá ha pasado mucho tiempo desde que no te paras a reflexionar sobre tus capacidades profesionales. Por eso, es hora de preguntarte a ti mismo en qué destacas y qué es lo que te diferencia del resto. Cuando hagas esta lista de fortalezas no te quedes solo con las cualidades profesionales: destaca también habilidades que tengan relación con tu ámbito profesional, aunque no hayas tenido la oportunidad de ponerlas en práctica aún.
Posteriormente, analiza cuáles son tus áreas de mejora. Piensa en qué formación, lecturas, tutoriales, etc. puedes realizar para superarlas.
Traza un plan de actuación
Piensa en cuál será tu objetivo: ¿ascender? ¿Cambiar de departamento? ¿Formar parte de un nuevo proyecto que está a punto de poner en marcha tu compañía? Aclarado cuál es tu objetivo, ya es momento para que traces un plan de actuación que te permita conseguir lo que deseas en tu trabajo.
¿Necesitas formación? ¿Debes hablar con algún jefe o encargado? Determina uno a uno qué pasos debes dar hasta lograr tus metas. Si las cosas no marchan como deberían, replantéate el plan. Algunas veces no llegarás a la meta que te has propuesto, pero por el camino es posible que aparezcan nuevos proyectos que pueden resultarte igual o más interesantes.
Nunca dudes de tus posibilidades
Dicen que una persona no sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta realmente. Por ello, una máxima imprescindible durante todo el proceso de reinvención profesional debe ser que siempre creas en ti, a pesar de que puede que escuches opiniones que tratarán de desanimarte.
Practica la crítica constructiva
Mira los fracasos como una oportunidad de aprendizaje, no como el final de tu trayectoria. Las críticas destructivas, especialmente las que se hace uno a sí mismo pueden resultar devastadoras y un obstáculo para lograr los objetivos que deseas alcanzar.
Más preparación y menos saltos al vacío
A pesar de que en cambiar de rumbo en una misma organización probablemente no será fácil, la recompensa puede merecer la pena. Sin embargo, para conseguirlo no es necesario dar un completo ‘salto al vacío’ que haga temer por tu continuidad laboral.
Si diseñas un plan de actuación bien ideado, adquieres la formación adecuada y minimizas tus puntos débiles evitarás riesgos y multiplicarás los beneficios fruto de tu esfuerzo. Si lo necesitas, busca el apoyo de un coach o de un mentor que te ayuden a guiar tus pasos. Recuerda: “nunca es tarde para ser lo que podrías haber sido”.